Política
Por Luis Majul. La renuncia de Juan Carlos Fábrega a la presidencia del Banco Central es una muy mala noticia. Significa que la Presidenta ha decidido rodearse solo de incondicionales, para que le digan lo que más le gusta escuchar: que Ella no cometió, ni comete ni cometerá jamás, ningún error; que hay un complot en marcha para interrumpir su proyecto nacional y popular. Fábrega no fue un héroe. Ni lo quiso ser. Solo advirtió a la Presidenta que por este camino el gobierno iba a chocar. Y no basó sus argumentos en conspiraciones internacionales ni fantasmagóricas.
Por Luis Majul (Columna publicada en Diario La Nación) Con el relato no se come, con el relato no se educa, con el relato no se cura y con el relato tampoco se previene la inseguridad. El relato sólo sirve para cohesionar al núcleo duro del Frente para la Victoria, integrado por los leales de la Presidenta. Se trata, en el mejor de los casos, de menos del 30% de los ciudadanos en condiciones de votar. Y, en el peor, de menos del 20. De modo que la jefa del Estado no les está hablando, como sostiene, a cuarenta millones de argentinos, sino a los propios. A los "del palo". O a los que se sienten agradecidos porque durante la última década pudieron obtener algo que no tenían: la jubilación, un auto, una casa, un subsidio, un plan o un puesto en el Estado, nacional, provincial o municipal.
Por Luis Majul. Adónde irá a parar Cristina Fernández y su proyecto nacional y popular cuando termine su trabajo como jefa de Estado, en diciembre del año que viene, es el debate político del momento. Cada uno construye su propia teoría en base a supuestos, antecedentes y asuntos prácticos. Hay hipótesis para todos los gustos. Desde las más conspirativas hasta las más inocentes. Entre las primeras, está la que sostiene que la Presidenta plantó, en diferentes lugares estratégicos del Estado, a más de diez mil militantes de La Cámpora, Unidos y Organizados y otras fuerzas afines. Y todos ellos, por supuesto, dispuestos a dar la vida por Ella. Funcionarían, esos militantes, como miles bombas de tiempo preparadas para hacer daño al próximo presidente y abonar terreno para un regreso con gloria de Cristina Fernández. En la misma línea de pensamiento, pero quizá con un poco más de lógica, están los que sostienen que Ella va a presentarse como primera candidata a diputada nacional para matar a varios pájaros de un tiro.
Por Luis Majul (Columna publicada en Diario La Nación) Según las encuestas más serias, a los tres precandidatos presidenciales mejor posicionados les faltan "cinco centavos para llegar al peso". Uno, el más joven y audaz, Sergio Massa, va a hacer todo lo posible, y lo imposible también, para suceder a la Presidenta el año que viene. Otro, el que ha conseguido vencer el prejuicio que había hacia su figura, Mauricio Macri, viene con viento a favor y parece estar entonado. Pero el tercero, en quien sus incondicionales confían debido a "su buena estrella, su olfato político" y su fama de incombustible, Daniel Scioli, estaría dormido en los laureles del optimismo y eso le podría jugar en contra cuando arranque la recta final.
Por Luis Majul. A la Presidenta, al ministro de Economía y al Jefe de Gabinete del gobierno argentino casi nadie los toma en serio. De otra manera, no hubiera pasado desapercibida la explosiva denuncia que alimentaron los tres sobre una enorme conspiración de cinco puntos de los fondos buitre para generar una crisis todavía peor a la sufrida por el país a partir del año 2001. A la primera alerta la hizo pública Axel Kicillof, quizá el alto funcionario más enamorado, después de la propia jefa de Estado, de la teoría de la conspiración permanente y del dogma La Culpa Siempre la Tienen los Demás. La escuché en 6, 7 Rocho como le dice al programa de propaganda Jorge Lanata de la propia boca del ministro, quien le concedió una entrevista radial al periodista Marcelo Zlotowiagzda. Por cierto: no oí a Zlotogwiazda repreguntar de dónde había sacado semejante teoría. No estoy diciendo que no lo haya hecho. Solo preciso que durante el tramo de la conversación que mandó recortar el mercenario Diego Gvirtz lo único que se escuchaba de parte de Marcelo era asentimiento. El ministro detalló los cinco puntos de la supuesta maniobra.
Por Luis Majul (Columna publicada en Diario La Nación) Alguna vez, el humorista Diego Capusotto dijo que el kirchnerismo era menemismo con un poco de derechos humanos. Pero ahora que Máximo Kirchner insiste con la idea de que la Presidenta sería invencible en las urnas, también se podría agregar que el cristinismo es menemismo con un poco de derechos humanos y otro poco de relato voluntarista. Es increíble cómo el final del mandato de Cristina Fernández se va pareciendo, en términos de lógica política, a las postrimerías del último gobierno de Menem.
Por Luis Majul. Es una buena noticia que Máximo Kirchner haya salido del clóset para dar la cara y plantear un par de discusiones políticas. Es mejor que juegue sus cartas políticas de cara a la gente y no entre las sombras y los oscuros laberintos del poder. Su aparición pone en cuestión algunos prejuicios. El primero: quedó claro que no se trata de un posadolescente que se la pasa comiendo y juega todo el día a la play station, alejado de la cosa pública y de los asuntos que maneja la Presidenta de la Nación. El segundo: por las cosas que dice y la manera en que lo hace, también parece evidente que sus posturas y sus consejos influyen y mucho en las decisiones de su mamá. Y el tercero: Máximo sobrepuso a su timidez y su dificultad para hablar en público, y lo reconoció, frente a miles de militantes, y muy consciente de que durante las próximas horas sus palabras van a ser escrudiñadas de arriba hacia abajo, de frente y de perfil. Ahora podemos analizar, con detalle, el contenido de lo que dijo en el estadio de Argentinos Juniors.
Por Luis Majul (Columna publicada en Diario La Nación) La victoria de la alianza entre Pro y la Unión Cívica Radical en Marcos Juarez, Córdoba, no es un tsunami que prenuncia la victoria de Mauricio Macri en las próximas elecciones presidenciales, pero tampoco debería ser subestimada. De hecho, el dato más relevante de esa elección local no es el triunfo del candidato Pedro Larrosa, sino la señal de que, si el peronismo va a las urnas dividido, podría ser derrotado a nivel nacional, en cualquiera de sus modos. Es decir: en el modo "continuidad con cambio", representado por Daniel Scioli, o en el modo "cambio con continuidad", representado por Sergio Massa. Es que si Macri sigue con esta curva ascendente, ambos podrían llegar a ser vistos, dentro de un tiempo, como una variante del "más de lo mismo" en el imaginario electoral.
Por Luis Majul. El jueves pasado escribí un artículo sobre ciertos rasgos políticos y personales de la diputada nacional Elisa Carrió. Modos que fueron resaltados por tres dirigentes que trabajaron con ella, algunos de los cuáles son tan evidentes que ni siquiera necesitan confirmación científica. No la insulté ni la ataqué de manera personal. Tampoco negué sus virtudes, ni su honestidad, ni su lucha contra la corrupción. Solo hablé de sus notables rasgos narcisistas, de su autoritarismo, de su pretendida superioridad moral, de su ninguneo, de su nulo registro por el otro y de la baja tolerancia ante una opinión diferente. Y señalé el uso indiscriminado de su condición de mujer para protegerse de los ataques de sus adversarios políticos. También destaqué que la honestidad debería ser un rasgo imprescindible para ser un buen dirigente político, pero que no alcanzaba con levantar el dedo y denunciar en los medios si el objetivo era construir una República o un país mejor. Es cierto: además opiné que esos comportamientos y ese estilo la hacían parecerse bastante a la Presidenta Cristina Fernández. Y conté algunas escenas de la que fui testigo privilegiado, para sustentar mi argumentación.
Por Luis Majul (Columna publicada en Diario La Nación) ¿En qué se parecen la presidenta Cristina Fernández y la diputada Elisa Carrió? Un primer análisis superficial debería concluir que en casi nada. Una hace años que vive en la burbuja del poder y la otra tiene un contacto fluido con la gente. Una posee una fortuna de 55 millones de pesos y la otra se queja porque no llega a fin de mes. Una ostenta desde hace más de siete años el máximo cargo ejecutivo con un poder económico y de decisión casi sin límites. La otra es una destacada legisladora y cuenta con más horas de televisión que cualquier otro político argentino.