 Por: Luis Majul. Un solo hombre, con una enorme voluntad y el poder disciplinador de la caja del Estado, se está llevando puesta a toda la oposición y también a la mayoría de la sociedad que ya no lo quiere. El hombre descuenta que en una semana logrará su triunfo más resonante: la derrota de Clarín, el enemigo que parecía invulnerable y que todavía está atontado por las andanadas de golpes que le acaban de propinar. La adrenalina corre por las venas del hombre y ya trabaja en múltiples direcciones: mandó a decir a dueños de otros medios que la pelea no es contra ellos, y que empiecen a trabajar en la búsqueda de testaferros para no perder sus canales, sus cables y sus radios. El hombre, dice, ha buscado y ha encontrado la futura receta para mantener la mayoría en el Parlamento que se viene: leyes que seduzcan a los sectores de centroizquierda y acuerdos tácticos para evitar que la oposición imponga sus deseos, como revisar la nueva Ley de Medios que sería aprobada el próximo viernes 9 de octubre en el Senado sin la más mínima modificación.
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