ARGENTINA EN LA CUMBRE DEL G20
Por qué Cristina llega tarde

Cristina mira la hora en WashingtonDespués de la foto de la CumbrePor: Luis Majul. Cristina llegó tarde para posar en una foto con los jefes de Estado en la que participaron  algunos de los presidentes de los países más poderosos del planeta. No fue la primera vez. Ya lo había hecho en una cumbre casi tan importante como ésta. Llegar tarde, en semejantes circunstancias, no sólo significa un soberano papelón y una falta de respeto a los pares que esperan.

También puede tener varias lecturas, a saber:

* que en alguna parte de su conciencia, la Presidenta se siente autorizada, o perdonada de antemano por demorarse.

* que se trata de una persona acostumbrada a hacer lo que se le da la gana, por encima de cualquier regla y cualquier protocolo.

* que en el fondo, no se percibe como un  par, sino como alguien superior.

* que la impuntualidad es otra de las malas costumbres argentinas, tristemente célebres en muchas partes del mundo.

En el año 2004 viajé a cubrir una importante reunión del MERCOSUR, en Montevideo. Casi por accidente, me enteré que Néstor Kirchner le había solicitado a Lula una reunión urgente, personal y fuera de agenda. Y eso no fue todo. El Presidente argentino tuvo el “atrevimiento” de pedirle a su par brasileño que se acercara al hotel donde se alojaba.

Lula, a pesar de ser el mandatario de un país más grande y desarrollado que el nuestro, accedió de inmediato. Sin embargo, cuando llegó, se encontró con que Kirchner todavía no estaba listo.

Fui testigo presencial del ruidoso enojo de la plana mayor de la diplomacia brasileña. El entonces canciller Rafael Bielsa fue duramente increpado, y el desbarajuste casi termina en un conflicto diplomático. No pasó a mayores porque justo en el momento en que toda la comitiva brasileña (con el enorme aparato de seguridad incluido) estaba por retirarse del hotel, el jefe de Estado argentino, todavía despeinado y desaliñado, como recién levantado de la cama, se abalanzó sobre Lula y le dio un abrazo juguetón, como si se tratara de un viejo amigo del colegio secundario.

Fue uno de los peores días de la gestión de Bielsa como ministro. Sin embargo, alguien muy cercano a Kirchner, sorprendido porque me había enterado del episodio con lujo de detalles, intentó presentarlo como una evidencia de la fortaleza Argentina frente a Brasil.

La gestión de Néstor Kirchner recién empezaba, pero ya se evidenciaba con claridad la carga de soberbia, prepotencia, destrato hacia los demás y la falta del sentido de la realidad que se incubaba en quienes administraban la Argentina.

Lo sorprendente es que todavía persista.

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