LA CAÍDA DEL NEGOCIO DEL JUEGO EN LA CIUDAD
¡Qué quilombo!

La noticia en TNPor: Luis Majul. Inmediatamente después de la conferencia de prensa en la que Mauricio Macri anunció que daría marcha atrás a un acuerdo con Cristóbal López para prorrogar el negocio de Casino Club en la ciudad de Buenos Aires, el empresario del juego y del petróleo llamó por teléfono a uno de los amigos asesores del jefe de Gobierno de la ciudad y sentenció, con tono amenazante:
- ¡Qué quilombo que armaron!
Enseguida cortó.

La persona que recibió el llamado es el contacto habitual de Cristóbal con Mauricio y uno de los que se sentó en la mesa chica que terminó de decidir el principio de la caída del negocio del juego en la ciudad. Los otros fueron, además de Macri, Gabriela Michetti, Federico Pinedo, Horacio Rodríguez Larreta, José Torello y Nicolás Caputo. Mauricio preguntó varias veces antes de tomar la decisión: “¿Estamos seguros de que queremos hacerlo, a pesar de los 200 millones de pesos que perdemos para invertir en obras? ¿Se dan cuenta que el kirchnerismo ahora nos va a votar en contra el presupuesto y cualquier cosa que presentemos? ¿Somos conscientes de que muchas de las cosas que le prometimos al vecino no las vamos a poder hacer?”

Parecía el menos convencido de todos los que estaban allí, pero al final entendió lo que le viene sugiriendo Michetti desde marzo pasado: un acuerdo con Cristóbal implicaría que no sólo Elisa Carrió sino una buena parte de la sociedad, interpretara que Macri es socio de negocios de Néstor Kirchner, y eso, tarde o temprano terminaría afectando la imagen del jefe de Gobierno e incluso lo haría perder su posibilidad de ser candidato a presidente.

La ruptura del acuerdo que nunca fue trasladó su onda expansiva a la provincia de Buenos Aires y el resto del país. Ahora Daniel Scioli está entre la espada y la pared. Si presiona a la legislatura y firma el acuerdo para incorporar más empresarios del juego en la provincia, incluido Cristóbal López, el gesto será leído por Néstor como de máxima lealtad. Pero será recibido por la opinión pública como un acto de corrupción. Si no lo hace, será felicitado por quienes creen en una nueva política, pero no contará nunca más con los favores del ex presidente.

Hay algo que es seguro: ya ningún legislador, intendente o gobernador podrá firmar un acuerdo para introducir el juego en su distrito sin ser sospechado de corrupto, o de haber recibido dinero para la campaña de hombres que anotan el número de cuenta en el exterior y compran así el alma de los políticos.

El amigo de Macri que recibió la llamada de Cristóbal López sintió miedo por el tono enigmático que uso el amigo de Kirchner. Tanto miedo, que comentó, como al pasar, que si le pasaba algo le avisen a su familia cuáles podían ser los motivos.

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