ADELANTO DE LAS ELECCIONES
Una jugada brutal

Néstor KirchnerAdelanto de las eleccionesPor: Luis Majul. Es una animalada. Propia de un animal político. De tan brutal y sorpresiva dividió a la oposición de Macri, De Narváez y Solá. Genera admiración entre los políticos, hombres de negocios y también en muchos periodistas entusiasmados con los reflejos políticos de esta máquina electoral llamada Néstor Kirchner. Algunos de ellos están tan eufóricos que hasta repiten los argumentos de los exegetas del Gobierno. Que va a ser bueno para el país y la economía porque acortará la incertidumbre que iba a llegar hasta octubre. Que después del 28 de junio todo pasará y los argentinos volverán a las cosas. Que el Estado nacional y los estados provinciales ahorrarán mucho dinero porque abreviarán y unificarán las campañas electorales. Que el Gobierno nacional lo único que hizo fue doblar la mezquina apuesta de Macri de desdoblar las elecciones porteñas para fortalecerse en su distrito y dejar a sus aliados a la buena de Dios. Que Kirchner no está muerto ni vencido sino más vivo y más fuerte que nunca. Y que esto demuestra que nadie está más preparado para gobernar que quienes hoy ostentan el poder.

¿Vale todo?

Pero detrás de la gran jugada que todavía la mayoría de la oposición no terminó de asimilar se enconden algunas preguntas llenas de sentido común, que todavía nadie respondió con claridad y responsabilidad.

¿Es legítimo cambiar una ley por única vez sólo para evitar una constante fuga de votos que hubiera dejado al kirchnerismo muy cerca de perder en la provincia de Buenos Aires y cada vez más débil para conservar el poder?

¿Es honesto operar al borde de la ley y empujar a la sociedad a una pelea anticipada desde hoy mismo cuando el resto de los partidos políticos medían el tiempo para competir en octubre?

En los Estados Unidos George Bush empezó a transformarse en un pato rengo casi dos años antes de entregar el mandato. Para colmo, en los últimos meses, ese país y buena parte del mundo ingresó a la crisis más grave de toda la historia, de la que todavía nadie puede vislumbrar el final con claridad. ¿Por qué entonces a nadie se le ocurrió anticipar las elecciones, adelantar la entrega del mando o manipular las instituciones en provecho propio o de su partido?

La respuesta es simple y compleja a la vez: porque en los Estados Unidos las leyes y las instituciones están por encima de las crisis y de los hombres, aunque parezcan providenciales como muchos lo presentaron a Barack Obama.

Nadie sabe mejor que Néstor Kirchner lo que le espera una vez que deje de mandar en la Argentina. Hay una larga cola de ex amigos, colegas, hombres de negocios, jueces, fiscales, dueños de medios de comunicación y periodistas que están esperando con ansiedad ese momento. “A (Carlos) Menem, a pesar de todo, en el Partido Justicialista, se le tiene afecto. Pero a este tipo van a hacer  cola para ayudar a destruirlo” suele comentar el ex presidente Eduardo Duhalde cada vez que le preguntan por el futuro de Kirchner.

La necesidad de que ese momento se demore cada vez más es lo que movió al ex presidente a enviar el proyecto para adelantar las elecciones. El sabe que en junio la situación económica estará menos deteriorada que en octubre y que por lo tanto estará en mejores condiciones de enfrentar una elección.

¿Es una evaluación correcta? Si. Lo es. Las encuestas todavía lo dan ganador en la provincia de Buenos Aires con alrededor del 30 por ciento de los votos. ¿Y cómo puede caerle esta audaz decisión al conjunto de la sociedad? Todavía es una incógnita. Hay quienes suponen que la mayoría de la gente está al margen de la gran jugada, preocupada por la inseguridad y por conservar el trabajo. Y hay otros que piensan que desde hace tiempo, silenciosamente, crece el rechazo y que cualquier cosa que proponga este Gobierno lo hará caer derrotado, en junio, en octubre y aún si las elecciones fueran ahora mismo.

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