Susana tiene derecho a opinar y es libre de hacerlo sobre cualquier cosa. De hecho, lo hace. Opina sobre moda, televisión, economía, seguridad y ahora también opina sobre la contención social que deberían tener los adolescentes que fuman paco. Ella cree que el servicio militar obligatorio solucionaría de un solo saque el problema del abandono infantil, la familia destrozada, la pobreza, la falta de horizonte y hasta la carencia de amor.

Parte de la Argentina está hablando ahora de su “propuesta”. ¿No sería casi mágico el servicio militar?. Miles de argentinos que sienten que se hicieron hombres por el paso de la colimba lo reivindican como la gran solución. A ellos, y a la mayoría de la sociedad, les convendría aclarar lo siguiente: ninguna experiencia de otra época, con otro contexto político económico y cultural se puede trasladar al presente con algún éxito. Es decir: la foto de la colimba 2009 podría ser más parecida al brutal asesinato del soldadito Omar Carrasco que a los años de gloria anteriores a la dictadura, donde los cadetes salían convertidos en casi hombres.

Nadie, en su sano juicio, podría esperar que los generales, coroneles, capitanes, tenientes, mayores, sargentos y cabos sean bondadosos, honestos y pedagógicos. “Antes se mataba o se moría por una idea; hoy te matan para sacarte una ojota del pie” sentenció Moria Casán para mostrar la decadencia del mundo en qué vivimos.

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