MAURICIO, NÉSTOR, DANIEL, EL PASADO, LA CAMPAÑA SUCIA, LA MENTIRA, LA VERDAD Y LOS MEDIOS
Nadie es inocente

Carlos Menem y Néstor KirchnerPor: Luis Majul. Mauricio es Macri, Daniel es Filmus, Néstor es Kichner y ninguno es inocente. Mauricio era vicepresidente primero de Sevel en 1993 cuando la automotriz fue acusada por la DGI de evadir impuestos por más de 50 millones de pesos. Era la época en que gobernaba el presidente Carlos Menem. Daniel, al mismo tiempo, se transformaba en uno de los principales asesores de la ministra de Educación Susana Decibe, la autora intelectual de la Ley Federal que tanto criticó el presidente Néstor Kirchner y que Filmus, sin autocrítica previa, hizo derogar. Néstor ya se había abrazado con Menem y lo había calificado como el mejor presidente de la historia. Y también había convalidado la privatización de YPF, algo de lo que tampoco se arrepintió, ni en público ni en privado.

Mauricio fue procesado durante 2001 y, más tarde, sobreseído en una causa por contrabando agravado. Fue acusado, junto a otros directivos de Sevel, entre los que se encontraba su padre, Francisco, de exportar autos completos a Uruguay e importar luego sus partes para evadir impuestos, aprovechándose de una ley especial.

Mauricio Macri y Domingo Cavallo

Francisco fue uno de los empresarios que más se benefició por sus contratos con el Estado. En Los Dueños de la Argentina (Editorial Sudamericana, 1992) está el detalle de cómo lo hizo, y de los escándalos y las denuncias que contaminaron a muchos de esos negocios.

Pero Francisco, ahora, es uno de los empresarios más cercanos a Kirchner y, por eso, el Presidente tuvo la deferencia de ayudar a que se quedara con la explotación de un tren de cargas que no pierde plata.

Daniel, desde FLACSO, bendijo investigaciones que criticaron la concentración y el abuso de los grupos económicos pero casi al mismo tiempo, en 1989, asumió como director de Escuelas y después como secretario de Educación del intendente Carlos Grosso. Dos años después, Grosso fue acusado de quedarse con un vuelto en el sonado escándalo de la Escuela Shopping. Se trataba de un negocio perverso: querían tirar abajo un establecimiento educativo y levantar un megacentro de compras en el corazón de Once.  La denuncia la hizo el entonces fiscal Aníbal Ibarra.  Pero Filmus no dijo ni mu. En realidad, se fue de la gestión Grosso cuando el Intendente resultó destituido en el medio de decenas de denuncias.

Daniel Filmus y Carlos Grosso

Néstor es uno de los presidentes más activos en la defensa de los derechos humanos. No solamente impulsó la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. También protagonizó gestos simbólicos inolvidables, como la orden dada a su Comandante en Jefe de bajar el retrato del dictador Jorge Videla del Colegio Militar. O la decisión de abrir las puertas de la ESMA para que las víctimas de la represión, que fueron torturadas en ese centro clandestino, reivindicaran su pasado de lucha.

Sus adaláteres dicen que lo hizo y punto. Sus críticos sostienen que lo impulsó la necesidad de reescribir su propia historia. Él se mudó desde La Plata a Río Gallegos en 1976 y estuvo preso dos veces, pero los motivos no parecen claros. Él habla de persecución. Incluso a su estudio jurídico e inmobiliario le arrojaron una bomba.  Sus enemigos afirman que el autor fue un deudor inmobiliario. Las hipotecas de entonces tienen el sello de la 1050 de Martínez de Hoz y, por esa vía, los Kirchner se apropiaron de más de una docena de inmuebles.

Mauricio no renunció al dinero que obtuvo gracias a los negocios de su padre. Ahora declara una fortuna de cerca de 30 millones de pesos, sostiene que vive de la renta que le proporciona ese dinero y jura que jamás beneficiará a su padre o a cualquiera de su familia desde la jefatura de gobierno de la Ciudad.

Néstor tendrá que explicar, tarde o temprano, si el escándalo de Skanska tiene como protagonistas a un par de funcionarios ambiciosos, o si se trata de un sistema de corrupción con el negocio de la obra pública que ni él ni su ministro de Planificación, Julio De Vido, podían desconocer.

Mauricio está parado sobre el 45 por ciento de los votos de la primera vuelta y es casi imposible que pierda en la segunda.  No quiere responder acusaciones y es muy posible que no acapte ningún debate.

Daniel sólo había levantado la voz para preguntarle a Jorge Telerman dónde quedaba la Ribera. Pero ahora grita, se come las eses y habla como si fuera Néstor y Cristina juntos y crispados, en una metamorfosis sorprendente.

Néstor pide a los argentinos que tengan memoria y desmiente -indignado- la existencia de una campaña sucia. Pero se olvida que fue él mismo quien, durante las últimas elecciones, acusó falsamente a Enrique Olivera de tener una cuenta secreta en el exterior. Lo hizo por Radio 10, una emisora que se encuentra en las antípodas de las ideas que él pregona.

No fue una mentira de café. Fue una mentira presidencial. Y quedará para siempre en la memoria colectiva.

Los medios que no cuenten la historia completa también serán juzgados por el público, y afectarán su credibilidad, su prestigio y sus ventas.

Opiná sobre esta columna en nuestro libro de visitas