CRISTINA PRESIDENTA
Me gusta y no me gusta

CristinaPor: Luis Majul. Me gusta Cristina cuando dice lo que quiere y lo dice sin leer. No me gusta cuando sigue aferrada a luchas anacrónicas, como su idea de suponer que la prensa tiene como principal misión acompañar a un gobierno que se inicia. Me gusta cuando se emociona al tomarle juramento a su cuñada. No me gusta cuando defiende a Guillermo Moreno y sostiene la mentira de las estadísticas del costo de vida. Me gusta su compromiso con las Madres y las Abuelas, y no me gusta que no aborde el asunto de la inseguridad. Me gusta lo articulado de su discurso, pero no me gusta que acomode la realidad a sus palabras, como si fuese la dueña de la verdad.

Me gusta que se plante frente a las empresas con ganancias extraordinarias y también frente a la prepotencia de Hugo Moyano.

No me gusta que continúe con la línea kirchnerista de darle dinero del Estado a los amigos, y papas fritas con anchoas a los enemigos.

Me gusta su compromiso con la inserción en el mundo, pero no me gusta que haga marketing político con su pretendida mediación entre las FARC y el gobierno de Colombia (Se trata de un problema tan complejo que ningún presidente latinoamericano, a excepción de Hugo Chávez, tiene peso real para mediar con cierto éxito).

Me gusta su determinación para asumir el gobierno, y no creo que ella se convierta en la Chirolita de su marido.

Lo que no me gusta es su idea de distribuir la responsabilidad de gobernar un país entre todos los argentinos, como insiste en sus discursos.

La primera responsable en hacerlo es ella y su gabinete.

Con que lo empiece a concretar será suficiente.

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