ENTRE LO BLANCO Y LO NEGRO
La importancia de llamarse Ernesto

Ernesto TenembaumPor: Luis Majul. Respeto a Ernesto Tenembaum. Sobrevive como puede y sin traicionarse en esta hoguera de vanidades, en medio de colegas tiburones que lo acusan de oficialista, o de haberse entregado al mundo banal de los medios electrónicos, al compartir el aire con Dady Brieva, o de opinar con soberbia acerca de asuntos muy complejos sobre los que antes debería reflexionar más.

La verdad es que, hasta donde lo conozco, lo escucho, lo leo y lo veo, Ernesto camina por la cornisa de los que piensan que este gobierno es uno de los mejores desde la restauración democrática pero que tiene muchas cosas que cambiar. Desde su alianza con los intendentes corruptos e impresentables del conurbano bonaerense hasta sus incompletas explicaciones sobre el escándalo de las valijas de Antonini Wilson.

Su último texto en Veintitrés es una muestra cabal de su postura.

Supongo que Ernesto sufre, o que no la pasa tan bien como debería.

Lo supongo porque, cada tanto, dice envidiar a los (periodistas y analistas) que militan en los extremos de lo Malo y lo Bueno, lo Blanco y lo Negro, y otros maniqueísmos por el estilo.

Siempre es más redituable, en el mundo de lo políticamente correcto que impregna la capilla de la prensa argentina, estar con Kirchner o absolutamente en contra de él, ser recontrachavista o super antichavista, transformarse en el campeón de la markética (el marketing de la ética) pour la galerie, mientras que en privado se invita a comer al jefe de Gabinete a la propia casa, y hasta se le cocina con su propias manos.

Ernesto está en el medio.

Es uno de los periodistas que tiene el privilegio de ser atendido por Alberto Fernández, pero esa situación no impide que le haga preguntas como lo hace un profesional independiente.

Se tutea con Aníbal Fernández, pero eso no lo limita para decirle en la cara lo que piensa, aunque al actual ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos no le guste.

Esta conducta lo convierte en un blanco fácil para los blogs y para el resto del mundo maniqueísta de los medios, pero él insiste en su postura convencido que la política y la vida son dos ámbitos donde los grises son más reales, que el blanco y el negro de los deditos levantados.

Trabajamos juntos en la tele y discutimos con energía y sinceridad sobre asuntos muy disímiles; desde cuánta importancia se le debería dar al asesinato de María Martha García Belsunce hasta la posición que uno debería tener ante casos tan conmocionantes como la injusta salida de Televisión Registrada de América.

Es casi seguro que Ernesto vaya a conducir la primera mañana de Mitre junto con Marcelo Zlotogwiazda. Además, Periodistas pasará el año que viene a Todo Noticias, lo que le dará más visibilidad, y quizá más dependencia del Grupo Clarín.

Espero que lo pueda soportar, que siga aprendiendo de las críticas honestas, y que aprenda a seguir laburando con la envidia y el resentimiento que impera en la capilla.

Los errores se pueden corregir. De la mirada envenenada de los mediocres hay que pasar, y ya.

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