carrera 2015

Por Luis Majul (Columna publicada en Diario La Nación) Mauricio Macri está feliz. Su asesor Jaime Durán Barba le dio una de esas noticias que son muy agradables de escuchar. Le dijo que debía mandar a revisar los últimos cómputos de la última encuesta de imagen e intención de voto que hicieron a nivel nacional porque le daban "demasiado bien". "Tanto que necesito tener una confirmación, para que después nadie diga que estamos inventando", le explicó a Macri Durán Barba. Según contó el propio jefe de gobierno a sus amigos, habría subido su intención de voto más de 5 puntos respecto de la última medición y, por primera vez, su figura "se estaría asentando" en el conurbano y en muchos de los centros urbanos de todo el país. "Ganamos toda el área metropolitana, nos metimos fuerte en el primer cordón del conurbano y peleamos el primer puesto del podio presidencial en Córdoba y Mendoza", detalló, con exceso de optimismo, uno de los pocos funcionarios de Macri que tiene la copia de la última encuesta.

 

Por supuesto: según el mismo trabajo, en la provincia de Santa Fe sigue en punta para la carrera a jefe de Estado el ahora diputado nacional Hermes Binner. Sergio Massa y Daniel Scioli, por su parte, continúan primero y segundo en intención de voto cuando se pregunta a quién elegiría hoy como candidato a presidente. ¿Por qué entonces Macri parece tan feliz? "Porque Massa está bajando, Scioli no remonta y Mauricio es el único que viene creciendo, despacio, pero de manera constante, desde las últimas elecciones", me explicó el único funcionario del gobierno de la Ciudad que lee e interpreta las encuestas antes que el propio jefe de gobierno.

El funcionario se encarga de procesar todas las variables del humor social y político de los argentinos, para luego sugerirle a Macri qué hacer o qué decir, según las circunstancias. De acuerdo con su visión particular de la actualidad, con la presidenta Cristina Fernández y el gobierno nacional está pasando algo muy curioso: a ella le estaría yendo mejor que a la administración. ¿Por qué? "Lo que aparece en el focus group es que los argentinos que estaban hartos del kirchnerismo ahora no la ven como una amenaza. Ya se sabe que no puede ser reelecta y eso genera un notable alivio. "Además, también bajó el nivel de irritación, porque Cristina parece haber dejado de levantar el dedo para retar a todo el mundo", me explicó. ¿No está bajando la imagen positiva de Cristina y aumentado la negativa después de la indagatoria al vicepresidente Amado Boudou?, le pregunté. Me dijo: "El caso Ciccone es gravísimo para el país y, sin duda, afecta la imagen de la Presidenta, pero, de acuerdo con la última encuesta, no está tan presente entre los argentinos como el miedo a quedarse sin trabajo, la inseguridad en su propio barrio, la inflación y la expectativa por el inicio del Mundial".

El hombre primero me pidió que chequeara por qué las informaciones sobre Boudou nunca aparecen entre las más leídas en la mayoría de los portales de los principales diarios nacionales. Y después opinó: "La corrupción indigna, y mucho. Pero la indignación se explica más por la recesión y el malestar económico que por el escándalo en sí, que no es nuevo ni sorprendente". Para el secretario, lo más novedoso de la última encuesta está, más que en lo cuantitativo, en lo cualitativo. "El voto de Massa es volátil. Todavía conserva una buena parte de los electores que votaron por él porque era la única manera de ponerle un freno a Cristina. Pero ya se le fueron varios, porque no tienen claro qué representa o cuál es su propuesta. Lo de Scioli, en cambio, es increíble. Los problemas del gobierno nacional no parecen hacerle mella. Y los conflictos de la provincia tampoco. Para nosotros, lo más notable es que los que últimamente respondieron que votarían a Mauricio, habrían roto el prejuicio que tenían sobre él, y eso podría llegar a resultar contagioso."

El funcionario a veces no habla sólo con los números en la mano, sino, en especial, con el corazón. Como cuando compara a Massa con Francisco de Narváez, el hombre que le ganó una elección a Néstor Kirchner en junio de 2009 y después se fue "desinflando". Entre los colaboradores de Massa reconocen un cierto "amesetamiento" en las últimas semanas y un "leve crecimiento" en la intención de voto de Macri, pero muy lejos de ser vislumbrado como "una sangría imparable" o una "ola amarilla que todo lo tapa". Lo mismo piensa uno de los sociólogos que trabaja, de manera indirecta, para dos de los precandidatos a presidente de UNEN. "Está claro que nosotros le hicimos un gran favor a Macri al hablar todo el tiempo sobre la posibilidad o no de acordar con él, pero falta un mundo para las PASO y otro mundo más para las presidenciales". Él, para la interna, tiene los mismos números que la mayoría: el ex vicepresidente Julio Cobos aparece por encima de Hermes Binner, y Elisa Carrió, Fernando Pino Solanas y Ernesto Sanz todavía no despegan. Además, según su mirada, la verdadera campaña electoral empezará dentro de un mes, cuando el Mundial de fútbol se termine y los argentinos volvamos a pensar en los problemas de todos los días.

Los dirigentes de UNEN tienen dos caballitos de batalla para alimentar sus expectativas. Uno tiene que ver con un notable y constante crecimiento del hartazgo de importantes sectores de la sociedad a la hora de elegir otro gobierno justicialista. "Ya no somos minoría los que estamos convencidos de que el peronismo lo único que hizo fue destruir al país", me explicó el asesor de UNEN. El otro es que perciben que no hay más espacio para tolerar la impunidad ante los hechos de corrupción efectivamente comprobados. "Yo no votaría a Macri, pero estoy segura de que no se robó miles de millones de euros, como hicieron los peronistas que vienen gobernando desde que asumió Menem", es la nueva muletilla de Elisa Carrió, la diputada que insiste en acordar con Pro, antes de las PASO, como la única alternativa para evitar que gane cualquier variante del peronismo gobernante.

Para todos ellos es prioritario ser muy visibles y competitivos antes del inicio de la Copa del mundo. Porque después, una vez que termine, se iniciará la cuenta regresiva hacia la carrera para suceder a la Presidenta.