EL CULEBRÓN DE LAVAGNA Y FONTEVECCHIA
Lágrima de periodista

Tapa Perfil 10 02 08Por: Luis Majul. ¿Está bien patalear por una exclusiva que consiguió la competencia? ¿Es ético transformar un diálogo aparentemente privado en una noticia digna de publicar? Ambas cosas hizo Jorge Fontevecchia ayer, en Perfil.

Fontevecchia puso bajo sospecha la credibilidad de Clarín al preguntarse: qué habrá recibido el matutino a cambio de la publicación de la primicia del acuerdo entre Néstor Kirchner y Roberto Lavagna. Y además publicó un diálogo con el ex ministro de Economía en el que Lavagna acusó a Perfil de tener simpatías por Elisa Carrió y en el que el periodista confesó que votó por el candidato a presidente de UNA y no a la Coalición Cívica.

El manual tradicional del buen periodista dice que jamás se debe escribir sobre la nota que no se logró. “No me la cuente: vaya y consígala”, es una frase que se le adjudica a Jacobo Timmerman cuando dirigía La Opinión. El manual también dice que las conversaciones personales no son noticia y que sólo se justifica su publicación en ocasiones extraordinarias.

¿Le advirtió Fontevecchia a Lavagna que la reconstrucción de la conversación telefónica sería publicada este domingo, en Perfil?.

No lo sabemos, porque nunca fue aclarado.

De cualquier manera, la charla tiene riqueza “periodística” y, aunque tampoco se informa si es textual, muestra a ambos como verdaderamente son.

A Lavagna, como una persona soberbia y terca, incapaz de escuchar los argumentos de su interlocutor cuando le dice lo bueno que sería responder a un reportaje de cien preguntas. Y a Fontevecchia, como un individuo con una particular visión del mundo, del periodismo, de lo que significa Perfil, y por supuesto, de lo que representa Fontevecchia, si se tiene en cuenta las veces que utilizó la palabra yo o se citó a él mismo.

¿Debían el ex Presidente y Lavagna llamar a una conferencia de prensa en vez de darle la primicia a Clarín?

Fontevecchia tiene razón cuando afirma que el método de difusión habla mucho del desprecio que el ex Presidente siente por los periodistas y de cómo los utiliza cuando le conviene. Tampoco falta a la verdad cuando le endilga en la cara a Lavagna que usó a Perfil cuando le convino y que en esta oportunidad le hizo pito catalán.

Pero la visión del empresario y periodista se torna naif cuando incluye las palabras ingratitud, traición, tristeza y culpa.

Fontevecchia sabe que en esta jungla políticos y periodistas usan cualquier instrumento con tal de llevar agua para sus respectivos negocios. Y lo sabe porque es parte de la jungla. ¿O acaso en la misma edición de Perfil, no se subrayó, una y otra vez, el carácter “exclusivo” del “manifiesto crítico” que Lavagna le dio a Kirchner y que se publicó completo en el mismo periódico de ayer?

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