INSULINA, REMEDIOS CONTRA EL SIDA Y LECHE VENCIDOS Y ARRUMBADOS EN UN DEPÓSITO
La desidia enferma y mata
medicamentosEl gobierno de la Ciudad dejó que se vencieran más de 250 mil medicamentos e insumos hospitalarios por un valor aproximado de 750 mil pesos. La partida está arrumbada en un megadepósito de Barracas desde octubre de 2005. Los remedios tenían fecha de vencimiento entre el 30 enero de 2006 y hasta 2007. La información fue confirmada por Martín Borrelli, diputado de la Ciudad de Buenos Aires por el PRO, a La Cornisa (r), que conduce Luis Majul y que se emite de lunes a viernes, de 16 a 18 horas, por La Red (AM 910).

Entre los remedios vencidos hay insulina para diabéticos, medicina para pacientes con HIV positivo y casi 40 mil litros de leche destinados al Programa materno Infantil.

En las próximas horas se abrirá un sumario administrativo para señalar a los responsables.

¿Dónde están los remedios?

El escándalo de los medicamentos vencidos saltó cuando el ministerio de Salud del gobierno de Mauricio Macri ordenó rastrear todos los insumos para la salud con el objeto de actualizar los registros y distribuir las medicinas a los hospitales públicos y programas sociales.

En el medio de la búsqueda, se encontraron con varias notas de United Parcel Service (UPS), la empresa de lógística encargada de acumular los stocks e informar al gobierno la fecha de vencimiento para que el ministerio de Salud ordene su distribución.

Las sucesivas notas advertían sobre la inminente caducidad de partidas de medicamentos y leche.

Pero la autoridad de aplicación nunca respondió, y los medicamentos vencieron.

Insulina y leche

La cantidad exacta de medicamentos e insumos para hospitales que vencieron es 252.097. Su valor: 742.000 pesos.

Además de la insulina para diabéticos y medicinas para pacientes con HIV positivo se vencieron 3.832 cajas de leche en polvo. Es decir: más de 38 mil litros de leche tirados a la basura.

Esa leche debía ser entregada a familias de bajos recursos en el marco del Programa Materno-Infantil. Cuando UPS informó que estaban vencidas, Mastellone se ofreció a canjear las cajas de leche en polvo por otras nuevas, e informó que la Serenísima asumiría los gastos de distribución y transporte.

La empresa láctea lo hizo porque tenía la posibilidad de usar esa leche vencida para consumo animal. Pero Salud no respondió, y Mastellone no pudo hacer el canje.

Ineficiencia y desidia

La didanosina es un medicamento que se usa como parte del tratamiento para pacientes de HIV positivo. En el depósito de UPS se encuentran arrumbadas 3.300 cajas de dinadosina con fecha de vencimiento 31 de enero de 2006.

Ese no es el único dato que muestra la negligencia de las autoridades.

Fuentes muy confiables aseguraron a La Cornisa ® que muchas veces UPS trasladó partidas de remedios a hospitales públicos, y que las autoridades del nosocomio los mandaron de regreso aduciendo falta de espacio para almacenarlos.

Lo que viene

El ministro de  Salud del gobierno de la ciudad negocia con las empresas para canjear remedios vencidos y próximos a vencerse.

Si la negociación fracasara, el daño económico por negligencia y descoordinación ascendería a un millón de dólares.

El expediente con los antecedentes y la correspondiente renuncia ya está en manos del procurador general de la ciudad, Pablo Tonelli, quien en breve iniciará el correspondiente sumario administrativo.

El primer vencimiento de medicamentos, el 30 de enero de 2006, se produjo cuando gobernaba Aníbal Ibarra y el secretario de Salud era Donato Spaccavento.

Durante el último, el jefe de gobierno era Jorge Telerman y el secretario de Salud, Alberto de Michellis.

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Luis Majul: Martín Borrelli, vicepresidente del Bloque Frente Compromiso para el Cambio, ¿se  puede confirmar esta información?
Martín Borrelli: Sí, incluso tengo una de las notas que disparó toda esta investigación, que es la que UPS le envió al ministro de Salud en ese momento, el Dr. Alberto De Micheli, donde lo ponen al corriente de la situación que se verificaba en las partidas de medicamentos que estaban almacenadas en el depósito de la calle Alfredo Palacios al 1300. Ahí le señalaban que ya había vencido la orden de compra por la cual UPS le almacenaba y le distribuía al Gobierno de la Ciudad los medicamentos en los hospitales. Esto era agosto de 2007. La empresa dio un mes más para prorrogar el contrato por un año o para definir el destino de la mercaderia.

Luis Majul: Supongo que también querían deslindar responsabilidades, porque es gravísimo quedarse con medicamentos vencidos.
Martín Borrelli: Exactamente, ellos advirtieron en la nota que había medicamentos vencidos y otros próximos a serlos.

Luis Majul: Tengo entendido que la partida está arrumbada en un depósito de Barracas desde octubre de 2005, y los remedios empezaron a vencerse desde el 30 de enero de 2006 hasta diciembre de 2007, ¿es así?
Martín Borrelli: Sí, los vencimientos fueron produciéndose a partir de enero de 2006, sin que el gobierno tomara nota de esto. Y, lo que es peor, sin que muchos hospitales tuvieran el conocimiento de poder solicitar a UPS el envío de medicamentos.

Luis Majul: Es decir, había falta de medicamentos y éstos estaban en el depósito...
Martín Borrelli: Exactamente.

Luis Majul: Me dijeron que entre los insumos vencidos había casi 40 mil litros de leche La Serenísima, y que Mastellone ofreció 120 días más para canjear la leche vencida por una utilizable, pero que el Gobierno de la Ciudad tampoco aprovechó ese plazo.
Martín Borrelli: Sí, eran 2.600 cajas de 500 gramos de leche que estaban en otro depósito, más 1.232 de 1 kg. cada una que estaban en el depósito que nombramos antes. La empresa Mastellone ofreció hacer un canje, con todo lo que significaba la logística del procedimiento, porque dentro de cierto lapso la leche vencida puede ser utilizada para consumo animal.

Luis Majul: ¿Quiénes son los responsables?
Martín Borrelli: En primer lugar, el gobierno de Aníbal Ibarra, quien fue el que suscribió el acuerdo y durante el cual se verificaron los primeros vencimientos en enero de 2006. Y después el gobierno de Jorge Telerman, más los dos ministros de Salud de la Ciudad, el Dr. Donato Spaccavento y el Dr. Alberto De Micheli, quienes no trabajaron en este área tan sensible.

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