CRISIS Y PODER |
¿Hacia dónde vamos? |
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Pero hay algo todavía peor: la sospecha de que la ruptura no sería pasajera.
Que se trataría de una profunda crisis de confianza.
De una quita de apoyo que no sería momentánea, sino permanente.
De una situación sin retorno. Como la de aquellos matrimonios en el que uno de los dos engañó al otro no solamente una vez, sino demasiadas. Tantas, que la palabra empeñada y el juramento de no hacerlo la próxima vez ya no resulta creíble ni para quien lo vuelve a prometer.
Si este dato se confirma, la imbricada estrategia de Néstor Kirchner (te siento a negociar, no te doy nada, te desgasto, te hago quedar como un ambicioso, un irresponsable y un rupturista y al final te pongo de rodillas, debilitado y derrotado y sin concederte prácticamente nada de lo que me pediste) sería su más catastrófica derrota, y el comienzo de una inevitable licuación de su poder.
Y este escenario podría resultar todavía peor si, como temió Eduardo Buzzi en la entrevista que le hizo Jorge Fontevecchia en Perfil, la dinámica del conflicto entre “los dos países” termina con muertos en el medio de una espiral de violencia no solo verbal, sino también física.
Ojalá que alguien tenga el poder suficiente para plantearle al ex presidente un camino diferente.
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