EL CONFLICTO ENTRE EL GOBIERNO Y EL CAMPO
Dios es argentino

Dios es argentinoPor: Luis Majul. 1-Dios es argentino: Si todavía no hubo un muerto debido a la violencia del enfrentamiento entre el Gobierno y el campo es porque Dios es argentino. Las trágicas muertes del militante en Tucumán, del albañil tucumano en Plaza de Mayo y de la persona que falleció porque no llegó a tiempo la ambulancia a la que interceptó un piquete ruralista en la provincia de Córdoba están vinculadas al conflicto, pero no tienen la carga política de la represión que sufrieron Kosteki y Santillán. Los actos del super martes volverán a poner a prueba la suposición de que Dios es argentino.

2-Banelco versión 2008
 
El canje de votos a cambio de promesas de futuros cargos, desembolso de fondos para salarios atrasados, obras públicas y Anticipos del Tesoro Nacional (ATN); baja de retenciones para las peras y las manzanas y préstamos para pagar deudas de provincias a bancos internacionales es la versión actualizada de la Banelco de la Ley Laboral del Gobierno de Fernando De la Rúa.

Cada hora que pasa se conocen más detalles y los nombres y apellidos de más transfugas que modificaron su voto en contra de las retenciones después de la consabida oferta o presión del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Indigna, pero también da tristeza.

En el Senado el clima es irrespirable.

3-Puro oportunismo

La torpeza y obcecación del ex presidente tienen como contrapartida el oportunismo político de ciertos dirigentes de la oposición, quienes empezaron a analizar las encuestas que dicen que cualquiera que se ponga a favor del campo y enfrente de Néstor y Cristina crecen sin mayor dificultad.

Un ejemplo claro es el de Julio Cobos, quien ahora deshoja la margarita a la espera de una nueva medición.

Igual, hay figuras que pertenecen al pasado, y la sociedad jamás las terminará de asimilar. El ejemplo más obvio es Carlos Menem, pero detrás del senador nacional por La Rioja hay dirigentes intragables que ya tuvieron su momento de gloria.

4-Basta

El hartazgo que está envolviendo a una buena parte de la sociedad se desarrolla en un contexto distinto al de diciembre de 2001 que terminó con el Gobierno de De la Ruá.

Pero los sentimientos no son distintos.

Así como los argentinos no podían entender la ineficiencia, impericia y letargo de aquel presidente les cuesta comprender por qué razón este Gobierno divide a la sociedad en dos, menta el intento de golpe donde no lo hay y enrarece el clima hasta meterse en el cuerpo y la mente de la gente.

El Gobierno debería tomar nota ya de esta sensación que crece cada día más.

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