No es el único privilegio por pertenecer a esa asociación con fines de lucro. También sus integrantes tienen servicio de tv de cable gratuito, lo cual es lógico porque premian la producción del cable. Sí, premian a los que les dan el servicio gratuito. Los periodistas de televisión y radiofonía de Argentina que no estamos en Aptra pagamos el cable, no lo premiamos. Además, la asociación regala a cada uno de sus integrantes un presente en efectivo para su cumpleaños.

El momento más patético del show business vernáculo en el año es el de la fiesta de Aptra. Ver a tipos como Jorge Lanata o Santo Biasatti agradecer hasta las lágrimas el premio, es parte del mismo horno cambalache que lleva el cartel de Fuentealba a Bailando por un Sueño. ¿En serio se emocionan por un premio que da el ínclito Cacho Rubio, el señor de la chalina, y su hija? ¿Sabrán que las grandes peleas en Aptra se dan por ver quién entrega el premio a Mirtha o a Susana? ¿Recuerdan que Aptra es sólo una asociación que entrega el premio y no dice nada -nada- sobre temas importantes de la televisión y la radiofonía argentina? Se privatizan los canales, se revientan las condiciones de trabajo de quienes están en los canales, se imponen formas de producción nocivas, se fomenta la estupidez con una eficacia desconcertante y Aptra no dice nada. Aptra entrega el premio, cobra y todos felices.  Aptra no dice nada porque no le importa y porque el nombre de “periodistas de la televisión y la radiofonía” les queda enorme.

¿Cómo pertenecer a Aptra? Siendo amigo de alguno de Aptra. Hay periodistas reconocidos del medio en Aptra, es cierto. Hay gente que se dedica al mundo del chimento que por sí mismo, habrá que decirlo de una vez por todas, no es periodismo de espectáculos. Hay agentes de prensa dentro de Aptra, gente que trabaja para la imagen de determinadas figuras que, casualmente, ganan. Hay gente a sueldo de figuras/empresarios que, casualmente, ganan. Hay periodistas de un mundo alrededor del espectáculo, gente que habla de teatro o de música o de nada. Es gracioso ver la cara de los premiados cuando reciben un premio y pocas veces saben quién es el que lo entrega, pocas veces es alguien que los ha reporteado o criticado. Pero son tan vanidosos y soberbios (quienes entregan y quienes reciben) que les encanta el “glamour” de la única noche nacional en donde mostrarse sin culpas. Y ahí está el secreto del éxito: los dos gremios, actores y periodistas, están entre lo más vanidoso del mercado, mirá que se lo van a perder.

Por si faltaba algún dato para terminar de caracterizar a Aptra, digamos que este año cambió las ternas. No va a premiar más (como lo vino haciendo en 36 años) a los programas “educativos o culturales”. El rubro se cambió y este año se premiará a los reality shows. En realidad, se sinceraron. Odian tener que mirar programas de Canal 7. Entre premiar a Tinelli por Bailando o a Adrián Paenza, no lo piensan dos veces. ¿Qué Paenza? Esa es la televisión que Aptra premia. ¿En serio pueden seguir hablando del prestigioso premio? El tema Aptra da para más. Alguna vez comentaremos los premios a la producción del interior, un verdadero disparate al mejor postor. Pero al principio de la nota había dicho que no sólo cobrará cuatrocientos mil pesos Aptra de América TV. El dato es tan impresentable que lo dejé para el final: además, habrá un regalo personal para cada integrante de la autodenominada Aptra. ¿No dan, definitivamente, vergüenza?

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