FISHING WITH JOHN, UNA PERLA EN YOUTUBE
Charlas de río

Fishing with JohnPor: Julián Gorodischer.  Fishing with John es una serie de microprogramas de TV que data de 1991, pero que hace muy poco empezó a convertirse en objeto de culto entre sus fanáticos argentinos. Fue concebida, dirigida y protagonizada por el actor y músico John Lurie que demuestra los alcances revolucionarios de la espontaneidad en la pantalla. Las claves son sorprendentemente simples: un tipo convoca a un amigo para salir a pescar y recortan la conversación a un aquí y ahora coyuntural, sin tentarse por los desvíos a las carreras cinematográficas o el romance de las celebridades de un Hollywood alternativo, y además se los ve siempre un poco torpes, subestimados por el personal del velero que recorre los ríos estadounidenses.

Cada capítulo entremezcla el tono pedagógico de una clase de pesca en la que no devuelven las víctimas al agua –un toque de incorrección- con la crónica de viaje que describe hermosos amaneceres, atardeceres y bandadas de aves registrados con embelesamiento.

Nada particularmente interesante sucede, pero desde la edición –por ejemplo durante la caza del tiburón junto a Jim Jarmusch- se carga las tintas en la intriga y en el eventual riesgo que estarían corriendo los expedicionarios. Hay un juego con la desnaturalización del tedio, pese a la mansedad de las aguas y el aspecto poco amenazante de los pequeños peces que van sacando, hay un esfuerzo por sentirse en los entretelones de Tiburón, de Spielberg, ficción que vira a la parodia en la medida que el velero avanza por el paisaje estático, y vence la monotonía.

Por momentos, la estabilidad hipnótica de las aguas mansas, el nulo esfuerzo de los conversadores por resultar interesantes, el carácter de charla privada entre amigos, sumados a una música que repite la misma estrofa pegadiza como un mantra, dan como resultado una atmósfera lacónica, la dilución de los parámetros de realidad a caballo entre la expedición náutica y el relato fantástico ingresando a una dimensión ralentizada.

El casting es tan arbitrario como todo lo otro en esta experiencia: a John Lurie le gusta conversar –interactuar- siempre con un mismo tipo físico: caras cuadradas, mandíbulas muy anchas, ojos un poco saltones, frentes que duplican a la media, labios gruesos como los de Willem Dafoe, Tom Waits, Matt Dillon o Dennis Hooper. La charla se arma con los dos mirando a cámara: hay un tosco inteligente, reacio a irse por las ramas, tendiente a la monomanía referida –en este caso- por un tema: el entorno natural.

La envolvente voz en off de Robb Webb le asigna al derrotero por “acá nomás” el tono de una gesta épica como salida de una cola de película monumental. John y su amigo son dos adelantados expuestos a un imaginario de peligro y hasta sobrenaturalidad sin ningún anclaje con lo que realmente sucede.

Varios son los atributos que hacen inteligente a esta propuesta: el virtuosismo técnico de sus tomas de paisajes, la conversación que fluye jamás guionada, sin miedo ni reparos ante el tiempo muerto, ni los silencios, pero con los remates y los chistes que sólo nacen en marco de amistad; la impunidad con la que se despliega la crónica pormenorizada de una obsesión personal del creador: la pesca en aguas mansas. Asistimos a la conversión ecológica de varios góticos y ermitaños de los oscuros ’90, aquí volcados al safari fotográfico, a la contemplación, en deriva luminosa sin rastros de cinismo. 

Fishing with John. Con John Lurie y un invitado por capítulo. Videos de 8 a 12 minutos. En este link.

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