SOBRE LA PROPUESTA DE LA NACIÓN, A FAVOR DE LA TELEVISIÓN DE CALIDAD
La libertad, antes que nada

Por: Pablo Llonto. De las pocas ideas que brillan en el periodismo argentino, la de aprobar que en el diario La Nación se coloque una leyenda que recomiende un programa por cuestiones "de calidad", no es poca cosa. Pero lo que impresiona màs y realmente molesta es el decálogo que se sugiere desde la columna de Sirvén. Al parecer, todo lo que roce el "circo sexual", lenguaje soez o falta de intervención del COMFER... irritaría a los indicadores de calidad.

No, no querido Sirvén. La defensa de la libertad antes que nada.

Los cerebros de Tinelli, Sofovich, Suar, Villarruel son los cerebros de una Argentina a la que nunca le preocupó otra cosa que hacer plata. Y para ellos la ley del vale todo rige en todos los terrenos. Vale todo para hacer dinero, vale todo para mostrar cualquier cosa en la pantalla. Pero la estupidez debe ser libre.
Vamos a preocuparnos e incentivar a los otros cerebros. Los menos.

Debe importarnos muy poco si ellos, los dueños del rating, recurren al sexo, el monotemático uso de "boludo" "boludo", o la infeliz tarea de uno de los funcionarios más inútiles del gobierno, el interventor del COMFER, Julio Bárbaro.

Está bien que alquien se preocupe por destacar a los programas de calidad. De hecho, aquí en Hipercrítico a veces lo hacemos. Pero que tal si nos relajamos y despreocupamos por una teta, un horario saltarín o un informe periodístico con harta sangre.

La enorme desventaja entre los cerebros arriba mencionados y los otros es que ellos sí censuran: Tinelli no permitirá jamás que su productora dedique dos minutos a un programa de política con ojo crítico, Villarruel jamás aprobará un documental sobre la vida de los Mapuches, Suar nunca dejará entrar al canal a quien le acerque un buen demo sobre investigación a las empresas argentinas, Sofovich no sabe qué es un libro de Borges. 

Son ellos, y muchos más, los dueños de la censura. Ellos censuran la calidad y repiten como gorilas: "Esto no le interesa a nadie".

No caigamos en la misma.

La batalla debe ser ganada de a poco. Sin el almidón y la pose de serios, ni el Colón televisado como ironiza bien Majul. Con uno, dos, diez padres que le digan al hijo, "che, ¿no viste este programa? ¡Está rebueno!", estaríamos hechos en este 2007 de macriblumberización de la sociedad.

El querido Gustavo Noriega ha patentado la tercera vía: ni un minuto de nuestra saliva a los productos basura. Claro que tienen razón, si ya tienen tanta prensa... paga.

¿No han notado ustedes que algo de ello ocurre con el canal de cable Encuentro? El boca a boca lo ha convertido en un bocado especial. Lo mismo ocurrió en Canal 7 con Todo por dos pesos.

Lo mejor que nos puede pasar es la confrontación. Destaquemos hasta el hartazgo lo bello. Por eso la rosa es tan simple y, como se dice desde los griegos, nadie puede explicarla.

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