PREMIOS "U" A LA TV/
El año que vivimos en conflicto

TV 2011/Por: Adriana Amado. Aunque resulte incómodo escucharlo, insistimos en que la tele cataliza mejor que nada el espíritu de los tiempos. Una aclaración antes de que los APM (Agentes de Propaganda Mediática1) vengan con eso de la construcción que hace la televisión de la sociedad. O con que empiecen los comedidos de la industria con que “la tele nos muestra como somos”, porque sería un reflejo de la sociedad. Ni una cosa ni la otra. La televisión no inventa nada, ni refleja el ser nacional: la tele es la tele, es un lenguaje particular, y no un reservorio de ideas platónicas de las cosas que son.

Como todo lenguaje para existir necesita de una comunidad, que en el caso de la televisión son las audiencias. Sea en puntos de rating o en espíritu, lo cierto es que la TV no es nada sin ella. Incluso aquella cómodamente financiada  por los dineros públicos y que por lo tanto puede darse el lujo de subsistir sin espectadores, sufre cuando comprueba que sus propuestas carecen de impacto. Como la tele no puede espantar al televidente, suele ser demagógica y ceder dócil a los humores sociales. Por eso suele condensar el clima de época como nada. No es extraño, entonces, que el conflicto haya sido el leit motiv de la tele este año: la lucha de clases y la violencia de género, el tema preferido de las ficciones; el escarnio y el buchonaje, el estilo de los programas de archivo; las acusaciones cruzadas, la tónica de los paneles tanto periodísticos como faranduleros. Si hasta los habitualmente adormecidos participantes de “Gran Hermano” este año despertaron para romper a almohadonazo limpio las instalaciones de la casa.

Por eso, esta vuelta, los premios anuales a la televisión van al conflicto, y llevan el nombre de “U”, onomatopeya del abucheo y nombre artístico de Christian, participante que entendió antes que nadie que la cosa venía de pelea y a pura hostilidad supo ganar el favor del 0609 y quedarse con los pesitos de la casa más famosa. Los ganadores del premio “U (cómo estamos, ¿eh?)”  para 2011 son:

-Personaje conflicto: Graciela Alfano, conflictiva multiuso. 
Por haber llevado el choque a tal extremo que hasta resultó demasiado belicosa en el programa conflicto por excelencia. No solo se peleó con cuanto bípedo circuló por “Bailando por un sueño” y/o tuiteó intrascendencias y escatologías en las redes sociales, sino que  protagonizó el carpetazo más incómodo de los últimos tiempos. La “revelación” (respetando el potencial y las comillas con el que fue presentado el caso) del “supuesto” romance que “habría” tenido con un represor mostró que hasta la frivolidad más frívola “podría” ser militante

-Incitador de conflicto: Mariano Iúdica, entertainer metepúa.
Por su labor incansable de hostigar a los participantes de los programas de Ideas del sur cuando salían amoratados de la pista de baile y vapuleados por el jurado, y conseguir así las mejores escenas de estrellitas enfurecidas, cerrando la puerta del camarín a la cámara.

-Participante conflicto: Eugenia Ritó, bailarina boca sucia.
Porque nadie como ella supo incomodarnos con declaraciones innecesarias sobre peleas que nadie terminó de entender y por superar en improperios y choques a sus activos compañeros de pista.

-Divorcio conflicto: Santiago Bal-Carmen Barbieri, 
La señora Barbieri viene hace años haciendo méritos para ganar el Premio conflicto, pero este año logró el espaldarazo con la colaboración inestimable de su exmarido y su extercera en discordia. Gracias a la vocación figurativa de la ignota Ayelén Paleo, que no faltó a ninguno de los programas que montaron el numerito, el divorcio se convirtió en sección fija de los medios chimenteros.

-Programa conflicto: “Infama”, nunca una alegría.
Por prestar el servicio público de no negarle un micrófono a cuanto desquiciado quiera una cámara para vomitar sus discordias, merece el “Conflicto de oro”, que comparte con su imprescindible conductor Santiago del Moro, un dotado para sacar lo peor de los entrevistados. El muchacho recibió también el reconocimiento por su labor de parte de un canal competidor, que se lo llevó a conducir este verano el concurso conflicto “Ensañando por bailar” [sic].

-Periodismo conflicto: Beto Casella, “digo, me parece”.
Porque el periodismo dejó de investigar los trasfondos del poder para revolver los fondos de los archivos, los cartoneros de la televisión se han convertido en exponentes del periodismo. El galardón en este caso reconoce la incasable labor de gaste ácido y muñequito Playmobil al servicio de la iluminación de las conciencias adormecidas, que le ha valido a  Beto el ingreso al escueto listado de los periodistas reconocidos en las encuestas de opinión pública, codeándose con los hegemónicos como el que más.

-Revelación conflicto: @carrascolucas, militante periodista.
Tuiterbloguero que supo ganar la tele por su estilo sin filtro, en defensa incansable del modelo nacional y popular, permitiendo como nadie la integración de las redes con la caja boba.

-Conflicto rendidor: Beatriz “conmigo no” Sarlo en 678.
Cuando el pluralismo es la excepción la presencia de alguien en disidencia con el panel se convirtió en la novedad periodística del año y logró por primera vez que una cita de una intelectual se convirtiera en remera y ringtone.

-Novela conflicto: “El elegido”, o “Pare de sufrir”.
Porque a Andrés Bilbao (Echarri) no le podían pasar más cosas (mujer loca, hija autista, familia pobre asesinada, jefe psicópata, solo para mencionar las circunstancias de su círculo íntimo) y aun así se bancó todo el año sin una alegría, esperamos que el galardón le sirva de tal.

-Productora conflicto: PPT (que no es Peleas Por Televisión).
Por su cuidada edición y musicalización de la roña en el ojo ajeno y el sagrado mutismo que mantiene sobre el ojo del amo, el premio va para la productora que alimenta los paneles más hostiles de la televisión 2012.

-Prensa conflicto: “El pacto”, la ficción que produjo más conflicto antes que después.
Siendo que los prenseros asumen que su función es lograr que hablen, mal o bien, pero que hablen, no podemos dejar de destacar la meritoria labor de los agentes de promoción de la miniserie “El pacto” que lograron que lo que se dijo antes de verla fuera más jugoso y abundante que los comentarios posteriores. Al punto que la mayoría ni sabe que la ficción ¡sigue en el aire!

En estos días el especialista en comunicación política @marioriorda tuiteaba la definición del Dr. Luciano Elizalde de "conflicto" en tanto relación contradictoria en la que alguien dice “no” y la otra persona dice “no al no”.  A medida para pintar la televisión 2011.

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