Bueno, en esa improvisada conferencia de prensa (dada a los pocos días de que la futura madre apareciese en otro evento, con la pancita al aire para ratificar que estaba embarazada pero que de eso no quería hablar, después de haber dado un comunicado oficial sobre el tema, para calmar a las fieras periodísticas) alguna cholula con micrófono (periodista es otra cosa) le dijo al galán: “Facundo, ¡es la noticia del año!”. A lo que el galán, sin sonrojarse contestó: “Ojalá todas las noticias del año sean tan lindas como ésta!”.

El periodista Quique Dupláa preguntó, pertinentemente, por una cuestión que se venía cuchicheando en los oscuros meandros del periodismo rosa: “Alguien dijo por tele que todo esto es un pacto, que acá hay más de negocio que de amor”. Algo que el galán podría haber desmentido graciosamente con un “Dejate de joder”. Pero el galán autopromocionado como más bueno que Lassie mostró los dientes y dijo algo así como que sólo un hijo de puta (¿o dijo pelotudo?) criado de esa manera puede pensar así, que a él lo criaron de otra manera y dio por terminado el encuentro con los periodistas.

Así las cosas, parecería que el tema de la paternidad del galán argentino más internacional del momento es una joya que ningún medio dedicado a la vida privada de la gente se quiere perder.

Cebada por la buena relación que el galán ha sabido cultivar con esa porción del periodismo que siempre lo elogió, la revista Gente envió a su fotógrafo Nicolás Mazza a “robar” (como se dice en la jerga a las fotos que son tomadas sin autorización de los retratados) unas fotos idílicas de la parejita en una chacra de la provincia. Las fotos podrían ser firmadas por Sarah Key, tal el nivel bucólico de tímidos arrumacos, ropa de extras de los Ingalls y arbolitos que uno imagina plagados de pajaritos que hacen pío-pío en homenaje al niño por venir.

¡Para qué! El galán más bueno que Lassie montó en cólera, y aduciendo códigos mafiosos anunció acciones legales contra la revista que osó publicar esas fotos. En su razonamiento es “toda la vida te di las fotos que me pediste, hice de todo para que la Revista Gente venda cada vez más, y ahora me mandás a robar estas imágenes de mi intimidad?”. Podría relajarse el galán, las fotos son las del más dulce cuadro familiar, ¿cuál es el problema? Si es una noticia tan hermosa, y sin duda lo es –no sé si como para la del año, pero seguramente para ellos sí- ¿qué tiene de malo? ¿Cuál es el perjuicio que puede aludir el galán?

En todo caso, si efectivamente es tan celoso de su intimidad y va a ir a fondo con el caso, que averigüe bien entre el staff de fotógrafos de la revista. Difícilmente se encontrará con un Nicolás Mazza. Lo más parecido que puede llegar a encontrar es a un fotógrafo que se llama Leandro Nicolás Montini, al que casualmente le apodan “Maza”.

El galán podría no enojarse tanto por algo tan evidentemente menor. No son fotos denigrantes ni mucho menos, no son fotos que puedan molestar ninguna intimidad.

La revista podría no andar buscando seudónimos para una foto en la que cree tanto que la pone como tapa de la revista.

Aflojémonos todos, que de importancia también se muere.

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