Estos días fue comentario mediático la entrevista que se hizo Susana a sí misma en el rol de la Mary, a 50 años de la peli. Más allá de los detalles minúsculos, la charla fue convincente, realista y bien lograda. Y esto abre la puerta, creativa para algunos, peligrosa para otros, de todo lo que puede dar la inteligencia artificial en la pantalla. Aún en programas que, se supone, son de interés general, es decir, deberían ser 100% verdaderos.
Y es así que uno se pregunta: ¿qué es lo que podemos esperar de ahora en más? ¿Mirtha se entrevistará a sí misma cuando era realmente la Chiqui? ¿Habrá notas en exclusiva a Monzón, a Olmedo? ¿Dará reportajes exclusivos el gran Jorge Luis Borges, aún antes de la ceguera para contarnos la trastienda de sus obras? ¿Habrá una reunión de Charly, con Cerati y el Flaco Spinetta cantando en vivo?
El camino de la IA como herramienta en la pantalla es un camino infinito, sinuoso y por momentos sombrío y enigmático. Y la entrevista de Susana a ella misma medio siglo atrás, es sólo una rendija por donde esperar el futuro.
¿Qué es lo que viene? Nadie lo sabe. Nadie lo arriesga, ni siquiera Bill Gates. Pero algo es seguro: el futuro será un lugar muy raro.