Tanto clamor popular por el tarifazo. Tanto alboroto al descubrir trapitos al sol de gente escrachada en chats de WUp. Tanto enjuiciamiento público en la web al divino botón. Tanto –y acá termino con los tantos- debate que no sirve para nada, pleitos de tintas cargadas para pasar el tiempo porque en la tele no dan nada. Toda esa hoguera de vanidades puede resolverse con una sola y única medida.

 

Una medida bastará para, en un mismo golpe de efecto, remediar dos temas centrales: el tarifazo y el alto índice de verborragia idiota y mal intencionada en redes. Una medida será suficiente para recaudar el dinero necesario a fin de pagar gas y luz –y evitar un aumento inaudito-, y por otra parte, reducir el nivel de habladuría capaz de convertir un descuido, en motivo de linchamiento social.

¿Y cuál es esa medida tan gloriosa y efectiva? Es el tarifazo a la comunicación. Al comienzo, puede resultar antipática y pianta voto pero es lo que se necesita en este país polemiquero y enjuiciador. Porque ese es uno de los grandes problemas: la comunicación es demasiado fácil y además, gratis.

La medida fijará tarifas para cada mensaje de Twitter, W Up, y la mar en coche. Y la modalidad iniciar debate, o rebatir una postura de otro usuario, recibirá un cargo doble. A ver si aprendemos, muchachos.

Es que en la historia de la humanidad, nunca hubo tan buena comunicación. Y nunca, por otra parte, hubo tan poca cosa para decir. Sin embargo, parece lo contrario. Es en ese espejismo social donde encontramos que el mejor sustituto para cuando hay poco para decir, es que siempre hay mucho para pelear.

Con el tarifazo a las telecomunicaciones, uno pensará seriamente en qué dirá. Porque tendrá que poner un dinerito. Esta medida incómoda no sólo compensará el desajuste tarifario en gas y luz –pues de aquí saldrá el fondo para reducir sus cargas-, además hará que medio país deje de ver la vida desde una pantallita y se vea obligado a mirar la vida, lo que sea que se haya convertido la vida desde la aparición de la telefonía móvil, a la cara.

Anótelo: tarifazo a las telecomunicaciones. Si fuera yo funcionario de Macri, sería el primero en recomendárselo.