El hombre aún no puede revivir a los muertos, pero de tanto en tanto Hollywood revive sus viejos éxitos, sepultados tiempo atrás en el inconsciente colectivo, y da rienda suelta al negocio de la nostalgia. A veces, el homenaje es bueno y emotivo. Y, por qué no, justo. Pero otras veces, parece sólo un invento del departamento de marketing.

Una pregunta: ¿no les parece que con seis sagas de Star Wars era suficiente? De hecho, a mi gusto, con las tres primeras, era la medida justa. Si quedaba alguna intriga –sobre todo, una de cómo Anakin Skywalker se transforma en Darth Vader-, era menor e intrascendente.

Ahí, en esa trilogía, estaba el cierre perfecto de la historia. La lucha final del bien contra el mal. La muerte del maestro Yoda. En esa suma de partes, estamos convencidos, estaba la razón de su éxito. El motivo de por qué Star Wars es un clásico del cine, tan inoxidable como “Lo que el viento se llevó”.

Revelar en una búsqueda de ampliación de la saga, el origen de Darth Vader, fue una jugada audaz, pero tal vez, no tan descabellada. Pero, en lugar de resolverlo en un episodio, estrenaron otros tres. ¿No era demasiado, muchachos? Pero bueno, la misma Star Wars original se iniciaba supuestamente en el episodio cuatro. Y por ende, genios del cálculo, insertaron los tres primeros.

Pero ahora, el asunto se pone más complejo. Dos años atrás, se estrenó “El despertar de la fuerza” y ahora van a hacer propio con “El último Jedi”, todo esto sin contar que en el 2019, ya pautaron lanzar “Episodio IX”. Entendemos que Hollywood pasa por un momento de crisis y de pinchadura financiera. Pero una cosa es relanzar una y otra vez a los superhéroes de Marvel y hacerlos combatir contra nuevos villanos: hay millones de historietas detrás que los avalan. Y otra muy distinta es tomar una trilogía y diluirla hasta el infinito. Todo cocinero sabe muy bien lo que pasa con un caldo, una vez que se le echa agua y más agua y más agua.

Desde esta columna, nos emperramos y decidimos no ver más episodios de Star Wars. Para nosotros, la despedida triunfal es con “El regreso del Jedi”. No queremos saber más nada del devenir de sus protagonistas. Y nos interesa menos aún, el destino de la galaxia. Si Hollywood está en crisis que busque otras formas de financiarse, sin jorobar el espíritu de sus joyas originales.

Somos nostálgicos, es verdad. Pero no boludos.