Justo cuando uno pensaba que las pelis de superhéroes se habían agotado –ya Superman y Batman tuvieron su duelo fatal, y los superhéroes unidos en Los Vengadores batieron récords con su saga-, aparece Joker, primer largometraje basado en ese villanísimo llamado el Guasón y que acaba de dar lugar a un nuevo mundo de posibilidades: las pelis de malvados.

Para los villanos, la vida no es nada fácil. No es que decidieron, de la noche a la mañana, convertirse en gente jodida por amor al arte. No señor, no señora. No señorita, no señorito. El villano –ya puede ser testigo de ellos en Joker, con la persuasiva actuación de Joaquin Phoenix-, la pasó tan como el traste como muchos de los superhéroes. Lo apalearon. Se burlaron de ellos. La vida les jugó una tras otra una serie de malas bromas. Y ellos tomaron revancha. A diferencia de los héroes de capa y antifaz, se pusieron del lado margineta del mostrador. Y entonces, empezó la lucha. 

Ahora bien, hete aquí la cuestión: ¿interesa conocer la vida y desamores de nuestros villanos favoritos? ¿Intriga saber por qué los malos son tan malos y llegar al meollo de la cuestión? Por supuesto. De eso, en definitiva, abordaron las últimas series policíacas del momento: escudriñar al jodido hasta el fondo de su jodidez. 

Estamos convencidos de que la peli del Guasón inaugura un espacio inexplorado para el cine inspirado en historietas. Y más tarde o más temprano –depende la taquilla que levante en pala Joker-, vendrán, por ósmosis los films sobre el Acertijo, el Pingüino, Gatúbela, Lex Luthor, y un sinfín de recontraremil desalmados, que, con tanto recontraremil desalmado andando por ahí en la calle, a estos de historieta ya uno les toma cierto cariño y compasión. 

Así que, prepárese: se viene catarata de dramones que indagarán en el origen del mal, para demostrarnos que siempre la realidad supera hasta la mejor ficción.