¿Qué debemos hacer con los runners, esa gente que, ante el primer indicio de relajación de cuarentena, se calza prendas flúo y sale cual estampida de toros a correr y esparcir toda clase de virus peligrosos? ¿Quiénes son y, sobre todo, cómo contener lo incontenible?
No es suficiente con crear circuitos yendo de la cama al living, a la Charly García en el depto. No alcanza con clases de aero fit, puertas adentro. No basta con darles opiáceos o calmantes para bajarles nivel de adrenalina en sangre. El runner como respira, corre. Y lleva el acto de la corrida a todo acto de su vida: corre para sacar el agua de la pava, corre –en lugar pausar serie en Netflix- mientras busca su taza en la cocina, corre cuando se pisha, corre cuando está contento, corre cuando está triste, corre cuando no encuentra el móvil, corre cuando lo deja su pareja, corre, corrió y correrá hasta el día de su muerte que lo encontrará, lógicamente, en plena carrera, las suelas de goma gastadas de tanto running y el flúo, a esta altura del partido, más tirando a la opacidad, cual geriátrico de bichitos de luz.
¿Adónde, se supone, que quieren llegar? ¿Hay alguna cinta por cortar allá lejos, que uno no alcanza ver? ¿Se tratará sólo de bajar la zapan o es un mecanismo perverso y egocéntrico del cuerpo para multiplicar las endorfinas en sangre y hacer lucir esa sonrisa inconmovible que luce todo runner en pleno ejercicio de su corrida hacia ninguna parte?
¿Qué hacer con ellos? ¿Cómo decirles que se queden en casa? ¿Habrá que, para revertir la tendencia salidera, evocar un método revival de la penitenciaría y volver al grillete y la bola? ¿Será que el plasma runner servirá para mejorar la recuperación de pacientes con covid? ¿Podremos aprovechar esta ola de entusiasmo runner, y simplemente dedicarnos a sacar su sangre en beneficio del resto de los mortales sedentarios inclinados al culto al sillonismo? ¿Podremos, en tiempos de encierro, capitalizar esa energía concentrada en pantorillas de hierro para crear algún tipo de generador eléctrico impulsado por runners encadenados?
No lo sé. Son sólo sugerencias. Raptos de inspiración para canalizar ese tifón de energía encapsulada en monoambiente, y que tan bien podría servir para dar a este mundo cansado, miedoso y aburrido un buen sacudón de endorfinas de felicidad.