La Política

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) El sube y baja del dólar y los cuadernos de la corrupción K están produciendo en el sistema político argentino un enorme impacto cuyas consecuencias son todavía, difíciles de predecir. Hasta la semana pasada, parecía que la última tormenta iba a poner al gobierno de Macri en una grave crisis institucional, al mismo tiempo que haría crecer las chances de las fuerzas políticas vinculadas a la ex presidenta Cristina Fernández.

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) El Presidente dice que esta crisis (con una devaluación de casi el 120% desde principio de año, con el dólar casi a $ 40, una tasa de riesgo país de casi 780 puntos, una inflación anual que seguro pasará el 35% pero que, para algunos se podría disparar hasta llegar a una hiperinflacion) era algo que tendría que haber explotado, por lógica, en enero de 2016.

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) No hay grieta más estúpida ni más falsa que la de Los Cuadernos de Oscar Centeno versus los desastres que provocan la inflación, combinada con la recesión, la devaluación del peso y el aumento de la pobreza. Ni el "queremos flan" de Alfredo Casero ni "más que los cuadernos me preocupa el hambre" de Florencia Peña resultan suficientes para explicar uno de los peores momentos de la Argentina desde 1983 hasta ahora.

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) En el gobierno están cada vez más preocupados por el impacto judicial, político y social, de la causa denominada los cuadernos de la corrupción. De otra manera no se explica cómo el miércoles pasado, el mismo día en que se frustró la sesión para discutir si se autorizaba o no el allanamiento a los domicilios particulares de Cristina en Recoleta, Río Gallegos y Calafate, se hayan llevado a cabo dos reuniones secretas, relevantes y en domicilios particulares. Dos reuniones que tuvieron lugar en el departamento de Fabián Pepín Rodríguez Simón en uno de los barrios más elegantes de la ciudad. En un momento del día, antes de la sesión, pasó por allí nada más y nada menos que Migue Angel Pichetto, el hombre que tiene la llave de la protección política de Cristina Fernández. Y unas pocas horas después, lo fue a visitar alguien más importante todavía: el propio Mauricio Macri.

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) El Presidente Mauricio Macri se hizo cargo de un nuevo trabajo: explicarle al mundo que los cuadernos de la corrupción K no van a tener la misma implicancia en la economía real que el Lava Jato en Brasil. Ya envió a varios secretarios y ministros a "separar la paja del trigo". Y él mismo está dispuesto a comunicarse con otros jefes de Estado y dueños de bancos y fondos de inversión para aclarar el punto.

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) El Presidente no lo va a repetir en público, porque su pensamiento, puesto en palabras, podría ser considerado una intromisión del Poder Ejecutivo al Poder Judicial.

(Columna publicada en Diario La Nación) Muchos de los que venimos investigando los hechos de corrupción de la era K desde hace más de diez años llegamos a pensar que, después del enorme impacto de las imágenes de José López, de madrugada, ingresando bolsos con 9 millones de dólares, armas y joyas a un monasterio de General Rodríguez, ya nada podría sorprendernos. Parecía que habíamos tenido suficiente con Leonardo Fariña y la ruta del dinero K, con el video de las máquinas de contar billetes de la financiera denominada La Rosadita, la saga de la detención de Lázaro Báez, Cristóbal López y la megacausa que se podría llegar a presentar con los juicios de Hotesur, Los Sauces, Vialidad Nacional y los retornos recibidos por Cristina Fernández a través del pago de alquileres de su departamento en Puerto Madero y el gerenciamiento de los hoteles en la Patagonia.

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) Un reducido grupo que trabaja cerca del Presidente y que todavía confía en que será reelecto al año que viene se encuentra en plena tarea de identificación minuciosa de los denominados "desencantados". Según las propias encuestas oficiales son una masa crítica de entre el 30% y el 40% de quienes votaron a Cambiemos en segunda vuelta, en el marco de las presidenciales de 2015.

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) Los que están cerca muy cerca del Presidente lo dicen en voz baja. Casi en silencio. Para que no sea interpretado como un dato de "soberbia" oficial o subestimación del mal momento económico que se encuentra atravesando el país. Ellos, los que están muy cerca, consideran que en las próximas elecciones Macri podría volver a ganar por las mismas razones que venció, raspando, a su rival, Daniel Scioli, en de 2015. Lo resumió, de manera brutal, uno de sus compañeros del Cardenal Newman: "No será porque hayamos sido los mejores, ni porque la gente nos idolatre. Cometimos muchos errores y sería necio negarlo. Nos presentamos como los más aptos y desde diciembre a junio perdimos casi todos los partidos contra el mercado y la volatilidad del mundo. Ganaremos porque dentro de lo malo, en el contexto de un descontento generalizado, seremos vistos, de nuevo, como lo menos peor. O la opción menos mala". Después se rió de su propia ocurrencia. "Si. Podés poner que la gente ve claramente a Mauricio como el mejor de entre los peores".

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) En el medio de la devaluación y la corrida cambiaria de final todavía incierto, el Presidente Mauricio Macri cuenta con una pequeña ventaja. Excepto una parte del kirchnerismo, la mayoría de la oposición no quiere que el país se incendie. Y esto incluye a dirigentes como Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Angel Pichetto. O por lo menos, eso es lo que dicen ahora los tres. En público o en privado.