La Política

El nuevo jefe de gabinete, Juan Manzur, quiere que se sepa que él es quien manda. Se lo dejó en claro a Carla Vizotti cuando la ministra amagó con consultar antes al comité de infectólogos para determinar las aperturas de las restricciones por el COVID. Y también el ministro de Economía, Martín Guzmán, a quien le pidió que sea generoso y rápido en “el uso de la billetera”. Sin embargo, su impronta y su conducta preocupan y mucho a los habitantes del Instituto Patria, quienes se quejan por el avance de “la derecha peronista” por sobre las ideas progresistas que ellos dice encarnar. Me lo dijo, en la puerta de la entrada de la productora desde donde hacemos La Nación + Julio Bárbaro.

Paliza. Voto castigo. Terremoto político. Ponele el nombre que quieras. El Frente de Todos perdió en casi todo el país. Incluso en lugares impensados. Y por más del 10 por ciento de los votos. Es difícil que pueda revertir semejante derrota en las elecciones generales del 14 de noviembre. Una vez más, los encuestadores no llegaron a percibir la magnitud de del desastre. Ahora vendrán los primeros análisis.

(Columna publicada en Diario La Nación) Los responsables de Juntos que trabajan para la candidatura de Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires son optimistas. Los números que manejaban al cierre de la campaña les otorgaban un “empate técnico” contra el Frente de Todos. Apenas uno o dos puntos por debajo. 37 por ciento a 38 por ciento, con entre un 10 y un 15 por ciento de indecisos, para ser más precisos. Y a la hora de medir a Santilli contra Facundo Manes, afirman que “el Colo” obtendría entre el 65 y el 70 por ciento de los votos, contra el 35 o 30 por ciento. Al optimismo lo vienen amasando desde la semana pasada, por un informe sobre los principales distritos, recibido por un pequeño grupo de intendentes.

Una corriente de optimismo de último momento atraviesa a los principales dirigentes del Frente de Todos. En especial, a quienes rodean al presidente Alberto Fernández. Dicen haber recibido dos encuestas, en su mayor parte, presenciales, que ubican al Frente de Todos, en la provincia, superando por más de 8 puntos a la suma de votos de Diego Santilli y Facundo Manes, el próximo domingo. Afirman que, según sus proyecciones, también vencerán a la principal fuerza opositora, en el total de votos a nivel país.

Ayer, después del acto en Tecnópolis, todas las alertas del Frente de Todos se encendieron, juntas. ¿Qué quiso decir el presidente al declarar que nunca iba a traicionar a Cristina Fernández, a su hijo Máximo Kirchner, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa?

La vicepresidenta Cristina Fernández le habría reprochado al presidente Alberto Fernández no su participación en el festejo del cumpleaños de Fabiola Yáñez en el medio de la pandemia, sino el haber permitido que hayan tomado una foto y el manejo de la respuesta ante la publicación de la imagen. Habría sucedido durante la última conversación que tuvieron. Parece que Cristina, muy enojada, lo habría acusado de arrastrarla en su caída libre.

Este gobierno funciona como los capos de la mafia: primero te fabrican un problema, y después te venden la solución.

Los candidatos del oficialismo tendrían que estar hablando de planes para recuperar parte de las 20 mil pequeñas y medianas empresas que se perdieron en 2020, de cómo combatir los casos de inseguridad en la provincia, de cómo enfrentar el regreso de los narcos, y de cómo reparar el enorme daño que provocó la decisión de cerrar las escuelas. Sin embargo, en la presentación de las listas del Frente de Todos, solo hablaron de “pero Macri” y los globitos de los postulantes de PRO y Juntos por el Cambio.

Aunque el peronismo, es, antes que nada, una enorme y efectiva maquinaria electoral, hay tres cuestiones que, indicarían, que no tiene garantizado el triunfo. Una la explicitó ayer en La Cornisa Carlos Melconián: casi todos los oficialismos del mundo, perdieron en el medio de la pandemia.

La martingala que llevó a Alberto Fernández a la presidencia de la Nación es el gran antecedente del que se toman casi todos los dirigentes para justificar las candidaturas más variadas. Esto significa que siempre puede haber un espacio para la gran jugada sorpresiva a y matadora. Es como un extraño viaje hacia el centro del poder. Así, en Juntos por el Cambio, después de amagar con infinidad de postulaciones, quizá queden en pie unas pocas.