(texto y video de la columna de Luis Majul de ayer en +Voces por LN+) No pueden organizar ni siquiera un velorio. Ni el de Diego Armando Maradona, pudieron armar. ¿O acaso nos olvidamos que el presidente tuvo que salir con un megáfono a pedir orden, en el medio de la multitud?

Tampoco pueden organizar un partido de fútbol. Por eso reprimieron de manera indiscriminada.

¿O quizá se nos pasó que hace pocos días un hincha de Gimnasia y Esgrima de la Plata terminó muerto, en medio de los gases lacrimógenos?

No pueden llevar adelante una campaña de vacunación contra el Covid, porque empoderan a vacunados vip, se roban las vacunas, no comprar las imprescindibles y encima se nos ríen en la cara.

Y ahora nos acabamos de enterar que ni siquiera pueden contar los habitantes del censo. Que se perdieron los datos provisorios que debían ser publicados en agosto.

En fin.

Parecen los protagonistas de una obra maestra del terror.

Pero eso sí.

A la hora de entrar en la chiquita, la personal, la propia, nos dan clases magistrales de política, candidaturas y estrategias partidarias.

Como Máximo Carlos “Churchill” Kirchner.

Y hasta se dan el gusto, porque no tienen ningún problema, de apostar a la interna del candidato de la oposición.

Viven en un planeta que ni siquiera existe en el sistema solar.

Debe ser por eso que Aníbal Fernández, el hombre que sufrió la peor derrota del peronismo en la provincia, gracias al dedo de Cristina, se da el lujo de postular a Alberto Fernández para la reelección.

Debe ser por eso.

Porque no tiene idea ni de dónde está parado, que Kicillof postula a Cristina como presidente.

Como si viviéramos en Finlandia, Dinamarca, Suiza o Canadá.

Como si no estuvieran destrozando no solo la economía, sino el país entero.

Con una inflación viajando al 100 por ciento anual, que nos dejará secuelas durante años.

Con un dólar turista de 320 mangos.

Un dólar libre a 290 mangos

Un índice de pobreza de casi 40 por ciento, equivalente a 17 millones de personas.

Y un índice de indigencia del 11 por ciento, equivalente a 5 millones de argentinos.

Nos van a dejar de herencia varias generaciones con hambre, desnutrición, y educación insuficiente.

Atrasadas.

Muy atrasadas.

Sin embargo, para la de ellos son tan pícaros, tan bananas que, solo para que la bomba no les explote en la cara, llaman al tipo que más odian, Sergio Massa, y no se les mueve un músculo.

Para que haga el trabajo sucio.

El ajustazo.

Un ajustazo mucho peor que el que no le dejaban hacer a Guzmán.

Lo llaman para hacer de “plomero del Titanic”.

Mirá que flor de ajuste que propone para Massa en el presupuesto el gobierno nacional y popular que acaba de presentar.

Reducción del 11.7 por ciento de las partidas destinadas a la niñez y la adolescencia.
Ajuste de más del 14 por ciento en Desarrollo Social.
Reducción para las partidas de educación del 5 por ciento para este año y el 15.5 por ciento para el año que viene.
De ese recorte, la mayor parte se hará sobre el Plan Conectar Igualdad.
Más del 5 por ciento de ajuste en Ciencia y Tecnología.
Más del 19 por ciento de ajuste en salud.
Más del 10 por ciento de recorte en seguridad.
Casi el 9 por ciento de Recorte en Trabajo.
Casi el 8 por ciento de recortes en Obras Públicas.
Aumento del 102 por ciento para el pago de intereses de la deuda contraída con el FMI.
A las empresas del Estado deficitarias, que generan una deuda de más de 10 mil millones de dólares, no las tocan.

Y encima te quieren vender el ajuste de Massa como una decisión virtuosa.

Confieso que he vivido equivocado.

Pensé que Baradel, el macho alfa que apoyó la toma de los estudiantes de las escuelas porteñas por el sanguchito, o Máximo o Kicillof, que acusaron a Larreta de hacerse los vivos con pibes de 16 años, después de semejante recorte en Educación, iban a incendiar al ministerio de Economía.

62 paros le hizo Baradel al gobierno de Vidal. ¿Te acordás?

¿Y ahora?

Ahora parece que Roby solo le va a pedir, por mesa de entrada, una audiencia al ministro, y otra a los diputados (no sea cosa que Cristina les haga chas chas en la cola ¿eh?)

Ya no sabemos cuál es la característica negativa predominante de este gobierno insoportable: si la de mentira, la incapacidad, o ambas a la vez.

Porque nos prometieron volver al asado.

Y ahora tenemos el récord de menor consumo de carne per cápita, con el 47.8 kilos por año.

Porque nos vendieron que iban a terminar con el gobierno endeudador serial de Ah pero Macri.

Y terminamos con el gobierno que más endeudó a la Argentina, desde 1983, con 65 mil millones de dólares.

El panorama no puede ser peor.

Dicen que el Frente de Todos se está a punto de romper.

Pero el problema no sería ese.

Si no las esquirlas que podrían atravesarnos a los argentinos en el medio de la explosión.

Dicen que tampoco habría que subestimar a Alberto.

Que todavía tiene la lapicera y que la puede usar.

Que, por ejemplo, puede cortar de la noche a la mañana, los anabólicos a la provincia, donde Cristina y Máximo preparan la caja para ejercer la resistencia.

Que podría cortarle a Kicillof, de un día para el otro, las trasferencias discrecionales, por afuera de la coparticipación, que desde enero hasta ahora acumularían más de 1.500 millones de dólares, un 80 por ciento más de lo que ya revolearon en 2021, año electoral.

Mirá vos qué casualidad.

¡Es la misma cantidad de dinero que dice Carlos Heller que el Estado recaudaría si le cobrara a los funcionarios judiciales y los magistrados que no pagan el impuesto a las ganancias!

Por estos días, alguien recordó que el ex vicegobernador de Santa Cruz, Eduardo Chiquito Arnold, estuvo por escribir, hace tiempo, una biografía de Néstor Kirchner, titulada “La venganza del boludo”.

Era la historia de como un hombre que fue víctima de bullying, por parte de sus compañeros de la escuela y de la vida, terminó como presidente de la Nación, y vengándose uno por uno de todos los que creía que lo habían humillado.

¿Está en condiciones, Alberto Fernández, de responder, uno por uno, a los mil y un ataques y humillaciones que le propinó Cristina?

¿La última fuga masiva de dirigentes, no lo deja más debilitado y solo todavía, en un contexto político y económico que solo tiende a empeorar?

Porque se fueron

Claudio Moroni
Juan Zabaleta
Elizabet Gómez Alcorta
Jorge Ferraresi
Juan Manzur
Y en las últimas horas renunció el subsecretario de Comunicación del gobierno, Marcelo Martín.

Es cierto que no se hablan.

Que en los últimos días Alberto puso a quien quiso, sin consultar.

Pero también es cierto que, a través del presupuesto, Massa incorpora los intereses de algunos grupos de poder, y le muestra a Cristina que no está dispuesto a sacar los pies del plato.

¿Se viene la fórmula Massa presidente, Cristina vice de nuevo? ¿O Cristina lo “embocará” antes o después de que termine la faena?

Escrito por Luis Majul