(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) Acaba de salir El Origen, el libro que lo explica todo. Su autora es Mariana Zuvic, "santacruceña orgullosa", integrante de la Coalición Cívica que lidera Elisa Carrió y esposa del diputado nacional y empresario supermercadista Eduardo Costa. La editorial que eligió para publicarlo es Sudamericana. Lo acabo de terminar. Lo leí de corrido en un par de días. Lo tengo todo marcado, con resaltador amarillo, porque la mayor parte del texto no tiene desperdicio.Está lleno de revelaciones y datos nuevos.

Pero al mismo tiempo explica, con lujo de detalles y a la vez, en profundidad, por qué Néstor y Cristina impusieron con éxito un proyecto político pensado a perpetuidad y basado en la corrupción, el autoritarismo, la compra de voluntades y, si se acepta lo que sostiene Zuvic, los atentados contra bienes y personas, incluida ella misma y los hipermercados de su marido. Desde el primero, el Amo del Feudo, de Daniel Gatti, hace ya 15 años, hasta ahora mismo, se han publicado decenas de libros sobre el kirchnerismo. Los he leído a casi todos.

Soy autor, además, de dos de ellos: El Dueño y Él y Ella. El Dueño salió a la luz en 2009, y El y Ella en 2011. La salida del segundo provocó que Cristina Fernández le ordenara a Ricardo Echegaray acusarme falsamente de evasor. También que determinara el quite abrupto de la publicidad oficial a todos los programas producidos por La Cornisa. Como se sabe, ni siquiera pudieron probar con datos reales la primera acusación. Fue desestimada en todas las instancias.

Por otra parte, un fallo de la Corte Suprema de Justicia aceptó que el quite de la publicidad se había perpetrado en represalia a nuestras investigaciones periodísticas. Pero El Origen (La intimidad del nacimiento de la corrupción kirchnerista en Santa Cruz), un libro breve y contundente, va más allá que cualquier otro texto sobre el kirchnerismo. Y no sólo por la información nueva. También porque es la primera vez que lo cuenta alguien que vivió en carne propia como eran Néstor y Cristina, desde que los conoció, cuando era muy chiquita.

A propósito de los datos personales: empieza con uno, brutal. Una escena muy violenta en la habitación matrimonial de los Kirchner, en su primera casa de Río Gallegos, mientras Mariana Zuvic, con apenas siete años, miraba televisión junto a Máximo. Volaban objetos que rebotaban contra la pared. Los gritos eran ensordecedores. Ninguno de los dos sabía que Mariana estaba ahí. Una vez que Cristina se dio cuenta, según Mariana la quiso "sobornar" comprándole un helado. Nunca más quiso volver a la casa de los Kirchner.

Lo recuerda como el momento iniciático del "relato". Pero no es la única anécdota. Hay otras imperdibles. E impresionantes. Como la pelea a golpe de puños que su padre Miguel Zuvic, mantuvo con Néstor Kirchner cuando era gobernador, en el mismo despacho del entonces mandatario. Zuvic era un empresario próspero. Según su hija, Néstor lo estaba asfixiando, como a la mayoría de los privados que no dependían del Estado, a través de los créditos y las deudas bancarias. Zuvic había ido a verlo para pedirle clemencia. Pero Néstor lo humilló.

El papá de Mariana lo tiró al piso de una trompada. Y 24 horas después, atormentado por lo que pensó que se le venía, tuvo un colapso nervioso que lo dejó completamente sordo de por vida. Pocos años después Zuvic, ya discapacitado, partió en un Renault 11 junto a toda su familia para tratar de reiniciar su vida en Tandil. Sé que la anécdota es cierta porque lo fui a visitar en 2010 para incluir esa historia en uno de los capítulos de Él y Ella. El papá de Mariana no solo está absolutamente sordo. También habla con dificultad, producto de esa sordera.

Para ese mismo capítulo, escribí otra historia, más pesada y más curiosa todavía. La trama de una visita secreta de la propia Zuvic a una de decena de estancias de Lázaro Báez. Se trata de La Julia. Precisamente la estancia donde, según Zuvic, Lázaro guardaba los dólares y los euros de Néstor y Cristina. Ese capítulo no fue, finalmente, publicado, por varias razones. Una de ellas fue que la gente que había servido de fuente a Zuvic, según ella, corría peligro de muerte. La otra: Mariana no estaba preparada para leer en letra "de molde" la tristísima historia de su papa. En parte, por eso mismo, escribió El Origen. Porque su amiga y protectora, Elisa Carrió, no sólo le dijo que le iba a servir de catarsis. También le dijo que era su obligación, para que toda la clase dirigente tomara verdadera conciencia de lo que significó, de verdad, el kirchnerismo.

Son también sorprendentes los datos que aporta El Origen en ese sentido. Cómo trasladaron un modelo tan enrevesado y maquiavélico desde Santa Cruz a la Argentina, de inmediato, y multiplicado por mil. Se describen cuestiones casi inimaginables. Desde la cooperativa que armó Ernesto Clarens para cobrar deudas crediticias a todo empleado público moroso a través de un código de descuento automático hasta la información privilegiada con la que contó Kirchner para invertir en acciones de YPF. Desde la muerte de una dirigente política kirchnerista dentro de una camioneta, ahogada, en el medio de un río, porque no quería abandonar bolsos con dinero en efectivo, presuntamente originados en hechos de corrupción, hasta la verdadera razón por la que Eduardo "El Mono" Varizat pisó a un grupo de docentes al mando de su Grand Cherokee, en el medio de una histórica huelga: Zuvic dice que le consta que estaba apurado porque llevaba adentro plata física para la campaña presidencial de Cristina Fernández en 2007. Documentos como los papeles de la consultora internacional a la que la ex presidenta contrató para que detectara cada una de las propiedades, los automóviles y el dinero físico de Lázaro, para pedírselo de una vez, porque se trataba dinero de la familia Kirchner.

Sostiene Mariana Zuvic que el resultado de la investigación de la consultora, cuyo trabajo demoró dos largos años, es la base de datos de la que se sirvieron el fiscal Guillermo Marijuán y el juez Sebastián Casanello para detectar y embargar las propiedades de toda la familia Báez. Según "El Origen", Néstor y Cristina no dejaron nada por hacer: pincharon teléfonos de manera ilegal, usaron a policías de valijeros, le tiraron un muerto al ex gobernador Sergio Acevedo, fueron socios en el negocio de los permisos de pesca y el narcotráfico de las pesqueras en general y de una, Conarpesa, en particular. Nacida y criada en Río Gallegos, además de las fuentes de información documentales, Mariana contó con otras, igual de valiosas y propias de pago chico: vecinos, primos y conocidos que fueron testigos de cómo evolucionaron las vidas de Néstor, Cristina, Máximo, Florencia y todos sus amigos y parientes.

Así, Zuvic se enteró, por ejemplo, que el médico personal de Kirchner, Luis Buonomo, tuvo que quebrar la cintura del cuerpo sin vida del ex presidente, porque Néstor no entraba en el cajón y Cristina no dejaba de gritarle: "¡Mirá el quilombo que me dejaste, hijo de puta!". Quizás haya sido ése el motivo, más la descomposición avanzada que tenía el cadáver a pesar de los líquidos para conservarlo que le había puesto Buonomo, por el que el ex jefe de Estado fue despedido, por última vez, a cajón cerrado. Da la sensación que, en El Origen, Mariana Zuvic, de veras, no deja nada sin contar. Datos duros, como los de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpri) que aseguran que desde 2003 a 2015 hubo más de 3000 muertes por violencia institucional, que incluyen casos de gatillo fácil, desapariciones forzadas y torturas en cárceles y asesinatos a personas detenidas. Datos asombrosos y personales, como el que asegura que fue Máximo quien ordenó incendiar la sucursal de Hipertehuelche en Caleta Olivia, furioso porque se enteró de que Mariana había llegado hasta La Julia, la estancia donde los Kirchner habían decidido guardar la mayor parte del dinero físico que habían acumulado durante tantos años de corrupción, mentiras y aprietes.