El coronavirus hizo casi desaparecer a la grieta, pero siempre hay un par de despistados que no se terminan de enterar que el planeta cambió. A los casos de Cristina Fernández, Marcelo Tinelli, el agresor del hombre de seguridad y las 5 mil personas detenidas por violar la cuarentena, se le deben sumar, los provocativos tuits del ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe, Marcelo Sain, quien le echó la culpa del virus a “los chetos” que vuelven de viaje; y las declaraciones de Daniel Filmus, quien interpretó que los aplausos del jueves pasado no fueron para los trabajadores de la salud sino para el gobierno.

¿Pensará Saín que detrás del coronavirus se esconde la lucha de clases? ¿Supondrá Filmus que los argentinos estamos aislados también de la información real? Cada escena tiene su grado de tontería, pero todas van en contra del espíritu de la nueva era. Son manifestaciones egocéntricas y oportunistas. Muestran a estas pequeñas almas tal y como son de verdad.

Es nuestra tarea como periodistas iluminar, también, estos sucesos. Y además, advertir: el gobierno y los expertos anticipan que lo peor todavía no llegó. Que habrá más contagios y más muertes. Pasemos la página por hoy. Pero no olvidemos de qué lado están los egoístas, superficiales, oportunistas y aprovechadores.