Viernes Santo. Llegamos a Las Heras. Durante el día el clima es agradable. Por la noche hay que encender la chimenea porque la temperatura baja a diez grados. Miro el clima en Malvinas. Once grados. La comparación me gusta. En un punto me reconforta. La pregunta es ¿podríamos vivir allá? La respuesta siempre es la misma: sí, podríamos.
Sábado de gloria. Clase con Robles, justo en este día sagrado, sobre Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Copulation and mirrors are abominable… Ayer preparando la clase hablamos de reescribir el cuento a nuestro uso con el título Tlön, Uqbar, Filipinas. “Bueno, quizás nuestras conversaciones no sean otra cosa” le digo. Roble entiende: “Hace rato que somos Tlön.” Leer es exigirse. Leer implica una doble exigencia: se exige al que lee y al que escribe. Uso el cuadro de las dos mujeres de Murillo para la clase. Qué pintor delicado y astuto Murillo.
Domingo de Resurrección. Cocino agnolottis para todos con salsa de hongos de pino. Los hongos los trae mi madre especialmente para la salsa. Volvemos temprano a la ciudad. Ordeno mis lecturas y pongo a la noche una película en blanco y negro sobre dos hombres en un faro. El viejo es William Defoe y el joven es Richard Pattison. No la termino de ver.
Más tarde. ¿Por qué tanta necesidad de serializar?
Lunes. Salgo con la bicicleta. Hay una librería en Serrano al 900 que siempre pone un cajón con libros a quinientos pesos en la calle. Hay lugar para dejar la bicicleta. Así que cuando paso, bajo a revisar. Los libros están seleccionados. No es basura como en la librería de la esquina de mi casa y su cajón de cien pesos. No son esos libros que no quiere nadie sobre estadísticas, salud y ¿qué significa la amistad en el siglo XX? Hoy me quedé mirando un rato y al final separé una edición de Plaza y Janés de El rodaballo y un libro también en edición popular sobre sectas y esoterismo. Entre a pagar sin el barbijo y la mujer de la caja no me dijo nada. Cuando estaba volviendo me lo crucé a Garamona que estaba subiendo a un taxi en la esquina de la cuadra de su librería. Llevaba una caja de libros. Sin parar ni bajarme de la bici le saqué una foto.
Más tarde. Robles glosa datos sobre la vida intelectual de Filipinas en Twitter. Yo sé que los sacó de Wikipedia porque los encontramos y leímos juntos, y los analizamos y discutimos. Pero en las redes igual parecen inventados. Napo: "Internet nunca miente."
Martes. Viajo a Mar del Plata acompañando a un equipo de la Televisión Pública. Desde el micro, saco fotos, leo a Grass y hablo con Jorge Chiesa. Quedamos en vernos y enseguida me recomienda una librería de usados de la ciudad. Me llama la atención que Grass se parezca tanto a García Marquez, aunque, en realidad, es una afinidad coyuntural inevitable. Con el paso del tiempo, todo empieza a parecerse a todo. El rodaballo, como fuere, es barroco y fantástico, y al mismo tiempo intenta ser social, no muy lejos de las novelas del boon. (Aunque entiendo que García Marquez y Vargas Llosa son más directos y escriben mejor. Al final, las novelas de Grass son una y otra vez contar la historia cultural de Alemania desde una mirada extraña.) En Mar del Plata se ven barbijos aislados, pero si a los que no lo usan nadie les dicen nada.