Sábado. San Expedito, santo de los escritores, hazte presente con tu decisión y tu eficiencia. Santo amigo, debería escribirte una oración. San Expedito, santo patrono de los que escriben, de los que cuentan sílabas y palabras, de los que corrigen, de los que narran, de los que ensayan y traducen, hacé que mi historia y mis versos se cierren hoy y no mañana. Te pido, San Expedito, voluntad para decidir, y decisiones para terminar. (El cuervo grita ¡mañana, mañana, mañana! Hay que pisarlo. Hay que cortar, hay que corregir, hay que terminar. Hay que pisar al cuervo.)
Domingo. Releo viejos libros. ¿Por qué se abandona un libro? Los que nos gustan y nos inspiran no deberíamos abandonarlos nunca. Deberíamos volver a ellos siempre. Hay que reservarles un lugar en la biblioteca, un lugar cercano, accesible. Imperativo de Nelson Rodrigues: releer. ¿Por qué? Releer es la verdadera lectura. Pocos libros, bien leídos y re leídos. ¿Quién lee mucho? Solo un animal lee veinte mil volúmenes, decía Nelsinho.
Más tarde. Ah pero releer puede traer una nueva tentación demencial, la de reescribir.
Lunes, feriado. Al mismo tiempo, sospecha permanente de estar escribiendo siempre mal. Sobre todo acá. Muchas palabras, muchas explicaciones, demasiadas. Hay que pisar al cuervo.
Más tarde. Ayer vimos en Netflix una película de vampiros ambientada en Los Ángeles con Mia Antonella. Buen planteo, buen comienzo. Un negro, Jamie Foxx, caza vampiros por dinero. (Los colmillos son muy apreciados, más viejos, más caros.) Pero su ex mujer y su hija no saben nada de su actividad nocturna. Problemas domésticos versus la locura de lo fantástico y la violencia. (Lo más aterrador, desde ya, no es la cacería, que resulta entretenida y épica, sino la falta de empatía con una ex que se quiere llevar a su hija a vivir a Florida.) Buenos personajes secundarios, entonces, con el oficinista que se hace cazador, el traficante ruso y Snoop Dog como viejo amigo. Pero, ay, muy poco desarrollados los villanos. Y las escenas de acción, que están bien, no alcanzan a llenar del vacío que presentan los vampiros. Las motivaciones de los malos para ser malos nunca pueden ser del todo malvadas. Tienen que exhibir un costado de verdad. Los mejores malos son los malos que no aceptan su destino trágico de forma sumisa.
Martes. Napolitano tiene una memoria muy buena. Recuerda diálogos ocasionales, conversaciones, confesiones. Presta atención. Le digo que eso me gusta. La gente que no tiene memoria me angustia y me resulta desagradable. En la memoria, que es el resto que deja la atención focalizada, hay una cordialidad, una educación, una civilidad necesarias, que celebro. En la memoria está la amistad. De ahí que: conversación con Napolitano, larga, interesante. Hablamos del género diario, del género novela, de lo que uno puede hacer y no puede hacer.
Miércoles. Cuando pensamos en los libros que vamos a escribir nunca pensamos qué tenemos, qué nos hace falta, qué nos sobra. Sancho: “No hay camino tan llano, que no tenga algún tropezón o barranco; en otras casas cuecen habas, y en la mía, a calderadas.”