Lunes. Hoy me acordé que una vez formé parte de una cátedra en la UBA donde habían presentado un proyecto de investigación sobre un artista brasileño que hacía dibujos con cocaína sobre mesas y revistas, después le sacaba una foto y se la tomaba. No sé en qué habrá quedado ese proyecto. Supongo que en la nada. Es muy probable.

 

Martes. Esquilo combatió contra los persas en Maratón y en Salamina. Triunfó con sus obras que fueron premiadas. Produjo espectáculos para el dictador Hierón en Siracusa. Fue prolífico. De sus noventa obras dramáticas nos llegaron apenas siete, que son geniales y hacen pilar del teatro de Occidente. En su larga vida, Esquilo asistió al final violento de algunas tiranías y al encumbramiento de otras. Cuando ya era bastante viejo, el oráculo le dijo que moriría aplastado por un casa. Esquilo se fue al campo, que en ese momento era Sicilia. Ahí comió aceitunas grandes y negras y realizó largas caminatas rurales, extrañando quizás un poco la vida del teatro, que siempre es promiscua y vertiginosa, y también la ciudad, porque ya en ese momento la ciudad era la vida y el campo, aburrimiento y melancolía. Encontró la muerte durante uno de esos paseos cuando a un buitre se le resbaló la cena, una gran tortuga que había robado de la tierra. El caparazón era muy duro y al caer con fuerza desde el cielo mató al dramaturgo. La moraleja es simple. Casa también es lo que llevamos encima, no solo las paredes y el techo donde buscamos refugio. Y puede caer del cielo abierto para aplastarnos. Eso no es tan simple, desde ya.

Miércoles. Encuentro una lista en la web: “Enemies of creativity: 1 desire to please all/ 2 big ego/ 3 self-doubt/ 4 control/5 fear of failure/ 6 process rigor /7 impatience/8 abundance.” Adhiero a todos y todos son muy precisos y ciertos. Pero sin “big ego” no se puede hacer nada. La humildad creativa es un mito. No, “big ego” no es enemigo de la creatividad. En mi lista pongo entonces los otros nueve. Googleando encontré a Helio Oiticica, el de las fotos y la cocaína. Obvio, es un tipo muy importante y hasta famoso. Murió muy joven. Tiene una bandera que dice “sea marginal, sea héroe.” Qué pesado. Con eso no se puede hacer nada.

Miércoles, más tarde. Una vez, Bach visitó en Lübeck a un organista que se llamaba Buxtehude. No fue una visita frívola. El hombre era famoso y excéntrico. Merecer la admiración de Bach ya dice mucho. Georg Friedrich Händel y Johann Matheson lo habían visitado antes. Buxtehude les propuso nombrar como sucesor suyo a uno de los dos, siempre que el candidato aceptara casarse con su hija. Los dos músicos huyeron de Lübeck al día siguiente. Se ve que la hija no era muy agraciada. A Bach no le ofrecieron ni lo uno ni lo otro. Y habiendo leído un poco sobre Bach creo que hubiera aceptado una cosa por otra y habría sido feliz con ambas.

Jueves. Carta de Wagner a Liszt en junio de 1849: “Es necesario que me someta a un trabajo riguroso, de lo contrario estoy perdido. Mas para trabajar, en este momento me hace falta calma, y un hogar.” Me hizo acordar a la colección de vinilos de Wagner que había en mi casa de la infancia.

Jueves, más tarde. El País de España titula una entrevista a César Aira -por de lo más muy sosa, ya que Aira hace tiempo que no tiene nada qué decir- de la siguiente y sugestiva manera: “Leyendo novelas no se aprende nada.” En el sitio de la librería Eterna Cadencia, una entrevista, también muy tediosa, a Federico Jeanmaire. Título: “Mis novelas no concluyen nada.” En el mismo sitio de Eterna Cadencia encuentro una entrevista al editor Jorge Herralde y su título: “No me considero legitimador de nada.” De la nada venimos y a la nada vamos, pero también hay nada en esa parte del campo literario que estos nombres tres recortan.

Viernes. ¿Nos falta una escena en la película contemporánea? La escena donde Michael Corleone empieza a ser Michael Corleone. La escena clave del restaurante. Ahí Michael en realidad mata a su padre. Fijense como importa el tema de la lengua, de la lengua paterna. Y el sonido del tren, que es el sonido de la modernidad. Sollozzo le dice que hay que "modernizarse", superar a los viejos, le dice que Vito es un antiguo. Y Michael le hace caso y los mata a los dos con una sola bala. Una bala para cada uno. ¿Hay que ser más moderno que los modernos? Sí, y para eso los fierros se esconden en el baño, en la letrina, en la parte sucia del lugar público. Para aligerar la escena de un italiano matando a un italiano a Collozzo lo apodan “el Turco” y Michael también mata a un policía irlandés. Es la política, una parte extrema de la política, pero una parte fundamental. Lo siento, Georgie: contra el Martín Fierro, el Facundo jamás tuvo chances.