Lunes. Encuentro en la web al anatomista holandés Philippe Verheyen (1648-1711) diseccionando su propia pierna. La obra es de un pintor anónimo, circa 1715, y pertenece a la colección Pieter Deheijde. Diseccionar la propia pierna es una buena metáfora del escritor de ficciones pero también del crítico. Lo que lo diferencia quizás sea que uno examina la pierna derecha y el otro la pierna izquierda.

Miércoles. No puedo dejar de escuchar la primera sonata de Beethoven. Es la que le dedicó a Haydn, la que mejor conozco, la que más escuché, la del fa menor y los cuatro bemoles, la que comienza con una cita a la escuela de Mannheim. Todavía es clásica aunque ya empiezan a aparecer las discusiones entre el artefacto y la melancolía, entre la técnica y el yo. Encontré una versión de muy bella de Richter en YouTube.

Jueves. Leo Sobre el arte contemporáneo de Aira. Es rudimentario, casi infantil, aunque está bien escrito.

Jueves, más tarde. El abono del narcisismo es nuestra edad divina.

Viernes. Google premió a dos científicos del Conicet por crear una app que “facilita” los diagnósticos psiquiátricos. Leo en una nota: “El sistema permite analizar, de forma automática, el discurso de los pacientes para identificar distintos trastornos de la mente.” Lo que para Philip K. Dick podía ser siniestro para nosotros va a ser cotidiano.