Viernes 30. Nada. No sé.
Sábado 31. Es difícil leer en las fiestas. O sea que hay algo compulsivo en el festejar. Pero está bien que así sea.
Lunes. Roger Pla, en su diario: “Mi próxima novela: esta carcajada.”
Martes. Empiezo a releer Crónicas Marcianas. Me lo acordaba diferente, más adulto. Me resulta infantil, incluso banal. Leo el articulo Odio el año nuevo de Gramsci publicado por IzquierdaDiario.es. ¿Odio el año nuevo? Una estupidez superyóica profundamente anti-popular y gorila. La izquierda siempre tironeada entre la masa y el narcisismo. Tu odio no me importa, Antonio. Es más, me parece aburrido e inexacto. Lo siento.
Miércoles. La CNN titula “A young woman has been caught trying to smuggle a teenage refugee hidden in her suitcase into Spanish territory.” En la foto se ve un negro asomándose de una valija. Ella tenía 22 años, él, 19. Si hubiera sido al revés quizás lo habrían acusado a él de violencia de género. Más del diario de Roger Pla: “He visto tantos muchachos de mi edad que están convencidos de su talento. Tantos que piensan de sí mismos lo que yo pienso ora otrora de mí, que llegué a una conclusión. No es posible que el mundo esté formado solamente por genios. Debo, pues, acostumbrarme a la idea de que sólo poseo una inteligencia vulgar.” Hace una semana cumplí cuarenta y un años y no lo consigné acá, quizás porque no me regalaron libros. Sin emabrgo, mi hija me regalo un I-pad en el que estoy almacenando muchísimos discos.
Jueves. El país de España titula: “La edición crítica de Mi lucha, de Hitler, vendió más de 85.000 copias en un año en Alemania.” Algo falla en el titular. La edición crítica, podría decir, no es de Hitler. Eso ya sería demasiado. El Führer leyéndose a sí mismo y haciendo correcciones y analizando su manifiesto ya entrado el siglo XXI. Qué escena de lectura.
Viernes. Escucho una composición del joven Nietzsche para violín y piano. Es romántica, poco o nada intempestiva. ¿Qué hubiera pensado Nietzsche de sus lectores del siglo XX, de las vanguardias, de la música dodecafónica? Nació en 1844 y murió en 1900. Podría haber vivido hasta los años 20. Freud era doce años más joven, nació en el 56 y murió, longevo, en 1939. Muchas de estas dudas y especulaciones se cancelan cuando uno lee Nietzsche contra la Democracia de Nicolás González Varela, un libro imprescindible por varios motivos.
