Lunes. Escorpio ¿es adicto al vértigo? Plutón, fuerza de la naturaleza, no entra en un cuerpo humano.

Martes. Mensaje de Napolitano con una larga cita: “Sus efectos, además, serían duraderos. Incluso en lo que tiene que ver con la función menor de recopilar información sería mil veces preferible leer sesenta libros (elegidos cuidadosamente) con verdadera atención que haber pasado la mirada a velocidad periodística sobre todos los que componen la biblioteca vaticana. Pero si nos centramos solo en los hábitos adquiridos y en la forma en la que esos hábitos afectan a nuestra manera de pensar con coherencia y juzgar con conocimiento de causa, más le valdría a un hombre no haber leído una sola línea en toda su vida antes que haberse leído todos los diarios de Europa con esa técnica de «lectura rápida». Nuestros jóvenes y niños están siendo educados bajo la creciente tiranía del periodismo como si trataran de habituarse a la costumbre de los partos de apuntar en pleno galope lanzando flechas al tiempo que se retiran, volviéndose con horror hacia el mismo objeto del que tratan de alejarse. Una buena parte de ese mal tiene que ver con el estilo ya que eso lo que provoca es repulsión en los lectores y refuerza la costumbre de lectura en diagonal, o lo que es lo mismo: una buena parte de ese mal es de una naturaleza que admite la posibilidad de un remedio.” Hasta acá la cita. ¿De quién? No reconozco autor. Está bien escrito, pero es conservador y sobre todo errado. Lo nuevo pérfido, en general un hábito, viene a matar lo viejo, en general admirado in toto como algo noble. Esa gestualidad tiene reflejos exactos de viejochotismo. No hay forma de legislar la lectura. La verdad es que ser joven siempre es mejor que ser viejo. Y nos gusta eso que nos pasó cuando éramos jóvenes, ese entusiasmo. Maduros, somos más patéticos y solo queda la queja o callar. Napo me dice que el fragmento es De Quincey. Y agrega, ocurrente: “Si nos ve leyendo en Internet se mete cincuenta kilos de opio.” Curiosamente De Quincey entregó lo mejor de sí mismo en el periodismo de su época. Ahora los jóvenes leen los epígrafes de Instagram, señor De Quincey. Pero no creo que la lectura haya variado tanto. Si no se escriben, las lecturas no pueden ser corroboradas. Son percepciones que se van, sedimentan y se las percibe cuando ya son parte de lo humano y su historia y paisaje.

Miércoles. Volví a ver El demoledor con Stallone y Wesley Snipes. En un momento, Sandra Bullock hace referencia a la Biblioteca Presidencial Schwarzenegger. Se me había pasado eso en la cantidad de veces que la vi. Spartan-Stallone pregunta: “¿Fue presidente?” Es un momento casi brechtiano en su sentido teatral y también político. Incluso hay una referencia a la reforma que no permite a un extranjero ser presidente de los Estados Unidos. La película es muchísimas cosas, entre ellas, un comentario critico y acertado a nuestra actualidad pero también un contrapunto preciso entre las caras de Stallone y Snipes. Bioy escribió que “la materia de que está hecha la cara es dócil al espíritu, para así llamarlo, que la anima.”

Jueves. La ciudad se llenó de niebla. Leo a Harold Bloom y siento que, aunque este libro nunca lo agarré, en realidad, lo releo.

Viernes. Una cita de Birdman: “Give the people what they want... old-fashioned apocalyptic porn.” Se la puede subrayar con este pasaje del Apocalipsis en traducción de Reina Valera: “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.”

Más tarde. ¿Pandemia y cuarentena? Lucifer puede redimirse, pero no sus criaturas. El que quiere soledad que la busque dentro de sí mismo. Ahora toquemos.