¿Cuál es el público de una película? En algunas ocasiones, puede incluso ser un conjunto vacío, algo verdaderamente inexistente. Un estreno de la semana pasada que ocupó 53 salas fue visto por 4.345 espectadores. Siete días, 53 salas, 4.345 espectadores. Si consideramos un promedio de sólo 3 funciones por día por sala la película convocó aproximadamente a 4 personas por función. Eso sí que es fracasar. Sobre la película pueden leer aquí, en mi crítica para La Nación

¿Quién mató a los Puppets? ¿O quién mató al público de quién mató a los Puppets? ¿Cuánto hace que no existe ese público? ¿Existió alguna vez? Esta es una película para público adulto; bah, fue calificada como apta para mayores de 16 años. Lo que está claro es que no es “para todas las edades”. Entonces: marionetas que no sean para público infantil… y comedia, y escatológica, y llena de puteadas, y salvaje, y con referencias al cine de los setenta y a algunas de sus encarnaciones policiales, y con conexión con Meet the Feebles de Peter Jackson (nunca estrenada en Argentina). Está bastante claro que las comedias, salvo las locales, funcionan cada vez menos; y que las películas por fuera de las franquicias se vuelven cada vez más minoritarias. Un público decreciente, menguante, languideciente, en peligro de extinción.

El jueves de la semana pasada puse el link de la crítica de ¿Quién mató a los Puppets? en Twitter y un usuario me preguntó “¿Dónde se puede ver esa maravilla?”, y le respondí “se estrenó hoy en los cines en Argentina”, y entonces él respondió “¿Qué es un cine?”. Detrás de la ocurrencia, por supuesto, está el síntoma: cada vez más gente a la que le gusta el cine descarta las salas de cine. ¿Porque las salas cada vez más ofrecen una monodieta? ¿Porque con lo que vale una entrada de cine se puede pagar un mes de servicio de VOD? ¿Porque ir al cine es cada vez más incómodo para muchos espectadores no acostumbrados a ciertas costumbres contemporáneas como hablar sin parar y mirar la pantalla luminosa del celular con gran frecuencia? Otro usuario de Twitter me dijo “desgracia, la mayoría de las copias para el interior son en castellano. Torrent, lamentablemente.” Me costó creerlo, así que fui a la cartelera a chequear la cantidad de funciones subtituladas y dobladas. Y sí, había una cantidad absurda de funciones dobladas en castellano, más de la mitad; por supuesto, mayormente en el Gran Buenos Aires sur y oeste y en algunas provincias. En muchos de esos cines no era posible verla subtitulada y con las voces originales. Comentar otra vez que, ay, una película sólo apta para mayores de 16 años se ofreció doblada es otra vez -deprimente- y uno ya lleva años advirtiendo sobre este desastre.

Vi la versión subtitulada en la privada de prensa y en ese momento ni se me ocurió pensar en la posibilidad de que ¿Quién mató a los Puppets? se ofreciera doblada. Y me da terror pensar en cómo sonará Melissa McCarthy puteando en castellano, con una voz que no le corresponde, con el timing destrozado y sin gracia alguna. Lo bueno es que no voy a poder experimentar esa ignominia en los cines argentinos porque la película ya salió de cartel, los Puppets fueron ignorados por el público. Aunque, mejor dicho, los Puppets y Melissa le hablaron -muchas veces en castellano- a un público que ni los registró. O, con mayor precisión y realismo, creyeron hablarle a un público que ya no está.