Opina Deporte

La presunta democracia e igualdad en el deporte siempre dura unos segundos. Generalmente se trata de una leve combustión que se aviva cuando un acontecimiento estalla gracias a algunos buenos resultados. Pasó con el Mundial de fútbol femenino.

¿Quiénes se creen estos “honorables” del Tucumán Lawn Tenis Club? ¿Quién se cree Claudio Cerviño de La Nación? ¿Resulta que ahora un entrenador de rugby o un jugador de rugby no puede quejarse de la tarea de un árbitro…porque ellos se han entusiasmado con esto del respeto a la autoridad?

Ni la derrota dignísima ante España de nuestros basquetbolistas, ni el dolor por la noticia de la muerte de Enrique Rodríguez, el mejor periodista dedicado al deporte olímpico y amateur, cambiarán esta sensación extraña del fin de semana.

Miles de periodistas deportivos en la Argentina, mujeres y hombres, se desviven por decir algo sobre el nuevo trabajo de Maradona.

"Chacho, tal vez hacerte ésta pregunta después de River o de Central Córdoba hubiese sido mala leche por eso aprovecho para hacértela ahora?". "No la hagas entonces", le sugiere Coudet al periodista que en la noche del sábado lanzó la pregunta mala leche. La discusión siguió unos minutos. El entrenador de Racing insistía en que el periodista se guardase su inquietud teniendo en cuenta que venía así de mal parida. Hasta que el periodista insistió y la hizo: “El resultado ante River y Central Córdoba llegó a hacerte pensar en dar un paso al costado?"

En el país endeudado y en ruinas que nos dejan, el fútbol no podía ser la excepción. En semanas más (o tal vez días) sabremos si el campeonato local se paraliza o no.

Los homenajes del fin de semana al Tata José Luis Brown emocionaron al público futbolero. Cuando cada uno de los capitanes de los capitanes mordía la camiseta y ponía su pulgar dentro del agujero como recordatorio de aquel gesto de resistencia de Brown en la final del Mundial de México, el fútbol dejaba lugar a la memoria y la memoria traía la dignidad de un hombre que sufría pero jugaba.

Un domingo de cierre con esperanzas. Y no sólo por el medallero de los Juegos Panamericanos Lima 2019. Si bien no es menor el detalle de “la mayor cantidad de medallas en Panamericanos disputados fuera de la Argentina”, lo cierto es que el deporte argentino generó nuevamente el atractivo emocional necesario para que millones de personas que siguieron los Juegos por TV realcen el valor del colectivo deportivo y dejen de pensar un rato en la maldita mercantilización de las actividades deportivas que tanto daño nos hace.

Aún no trascendieron las declaraciones de Facundo Campazzo, el extraordinario jugador de la Selección argentina de básquetbol que ya tiene la medalla dorada lograda en Perú. Después de la victoria ante Puerto Rico en la final, cuando el lunes comenzaba y los medios no registran demasiado, largó unas declaraciones no tan medidas ni exquisitas para el paladar resultadista: “hay que agradecer a Sergio (por el DT Hernández) que nos deja jugar con alegría, que nos pide que juguemos como jugamos en los clubes. Cuando estoy con una sonrisa en la cancha es cuando las cosas mejor salen”.

Sí, ya sabemos que no es una comparación de la actualidad. Boca es equipo de Superliga y el Celeste de la Primera B Nacional.