Opina Deporte

Juan Manuel Insaurralde y Johnatan Silva resultaron condenados a un descuento de 15 días de sueldo por tomarse a piñas durante una práctica boquense. Ricardo Centurión recibe un apercibimiento por un altercado que se registró en las cámaras de los pasillos del Hotel Costa Galana.

¿Cuántas voces de dirigentes escandalizados por la corrupción Angelici-Mitjans o con la corrupción Angelici-Segura ha escuchado usted en esta semana? ¿Cuántos periodistas exigiendo que Angelici, Mitjans y Segura se alejen para siempre del fútbol?

Insultos a los italianos, algún objeto arrojado y el equipo rival saliendo a las corridas del estadio. ¿Fútbol? ¿Barras? No, simplemente tenis. Copa Davis. O, para ser más concretos, dosis de argentinidad, incorregible por el momento, que algún día la prensa tendrá que ayudar a resolver.

El encendido debate en TN sobre las cualidades de Ariel Holan como entrenador dejó dos cuestiones claras sobre el firmamento periodístico. Que seguimos practicando el deporte de hablar por hablar y que mantenemos nuestro evitable aporte a la violencia en la canchas.

Durante muchos años la mayoría de los medios contaba con páginas gremiales, cronistas de gremiales y periodistas acreditados en la CGT, el Ministerio de Trabajo o aquellos redactores que deambulaban por las luchas obreras buscando información.

Cuánto nos hubiésemos ahorrado de sospechas, sueldos elevados, mala información y desmentidas absurdas si el periodismo – y la Justicia - le prestasen atención a uno de los hombres que más investiga y husmea en la Argentina. Con pruebas y sin sanatas de malos informantes.

(*) De estas tres personas hay una que usted conoce, otra que puede conocer con cierto esfuerzo y a la otra seguro que no la conoce. Me voy a ocupar de esta última. Remera rayada, pantalón claro, barba negra, mirada hacia arriba. Se encuentra entre Fidel Castro y Fernando Signorini, el rubio preparador físico que ayudó siempre a Diego Maradona, y no sólo en lo físico.

Qué duda hay en la elección de Juan Manuel Del Potro como deportista del año. Para quienes no medimos solamente resultados, la pasión del tandilense, su respeto con el ejercicio del deporte y su dedicación después de la extensa lesión en la muñeca y de sufrir cuestionamientos y abucheos lo ponen en el podio de la “revancha”. Y bien ganada la tiene, especialmente frente a un periodismo insaciable.

Es otra “característica” de tanto desastre y tanto trastorno que abunda en el fútbol y en el deporte argentino: durante 2016, diecinueve entrenadores echados (o renunciantes) antes de finalizar un torneo. El dato acompaña el recorrido caótico de un año que nada bueno trajo en el deporte desde el punto de vista dirigencial.

Dijo Gerard Depardieu hace 72 horas al llegar a Buenos Aires: “La televisión del mundo está llena de personas gritando, de reality shows y futbolistas corruptos millonarios en pantalla quienes son seguidos por imbéciles que los alientan a seguir ganando dinero”.