Opina Deporte

Una línea, en el medio de una carta. Casi perdida, entremezclada, pero vigorosa. No valiente, porque la valentía se trata de otra cosa. Indefinida.

De las muchas notas de análisis sobre los Juegos Olímpicos de Tokio, una estuvo ausente en todos los medios argentinos. Señal adicional del generalizado desconocimiento global de nuestras/os periodistas. Faltó la mirada Latinoamericana, la mirada comparativa, la mirada regional. ¿Dónde está parada la Argentina?

Fin de los Juegos Olímpicos y fin de la otra “competencia” que vimos las y los argentinos. ¿Fue mejor la TV pública o la TV privada de TyC Sports en transmisitirnos buena parte de lo que ocurrió en Tokio?

Menos mal que Gonzalo Bonadeo se dio cuenta a tiempo y en plena carrera de BMX pidió disculpas. Y lo hizo muchas, pero muchas veces.

En estos juegos del caretaje dirigencial (el Comité Olímpico permite privilegios al equipo de básquetbol de la NBA-EEUU), no es nada fácil la cobertura periodística al prevalecer la sombra que da esta pandemia.

Dentro de unas horas el mundo observará al mundo deportivo con muchos ojos y muy distintos a los de cinco años atrás. Para los escasos periodistas que viajarán a Tokio, la tarea será difícil porque nunca hubo tan breve cantidad de acreditados en la competición más esperada del planeta.

¿Hasta dónde, en tiempos de pandemia, es realmente conveniente festejar? ¿Se celebra un gol como el de Argentina a Brasil, con barbijo y sin abrazo? ¿Se paladea el triunfo brincando solo en el living frente a la tele? ¿Se acomete la osadía de salir al Obelisco pero sin bajar del auto? 

“El fútbol no es la vida ni la patria ni la bandera ni los amigos ni la madre. El fútbol es un deporte en el que se debe ganar o perder con dignidad". El autor de esta sencilla frase que muy pocos pronuncian así o de otra manera, fue el jugador más noble y más digno que ha dado el fútbol argentino. Jorge “El Lobo” Carrascosa, capitán del Huracán maravilla de 1973 y de la Selección Nacional hasta su renuncia en enero de 1978.

Los ex protagonistas del deporte llenan las pantallas, unos cuantos espacios radiales y, mucho menos, las redacciones donde hay que sentarse a volcar ideas, sin volcar.

Nadie sigue el estado del boxeador Fidel Ruiz Díaz convaleciente luego de una pelea realizada hace unos días en Oncativo. Está internado en Córdoba.