En el interminable desfile de periodistas que el pasado viernes pretendieron originalidad en el homenaje a los 60 años de Diego Maradona, sobresalió una mujer: Analía Fernández Fuks.

La compañera escribió en el sitio web El Cohete a la luna, una reflexión imperdible alrededor de las tensiones que genera en el feminismo el nombre de Diego:

“Maradona es parte de nuestra cultura popular, ídolo, referente, D10S. Maradona es uno y son tantos. Un crisol de infinitos Diegos: cabecita negra en Fiorito, con Fidel grabado en la pierna izquierda y con el Che en el brazo derecho. Con Evo en La Paz, con Lula y Chávez en el tren del Alba rumbo a Mar del Plata en 2005. Diego siempre con la unidad latinoamericana. Con Néstor, con Cristina y con Alberto. Con Hebe de Bonafini, Taty Almeida y Estela de Carlotto. Diego bancando el aborto legal en el medio del debate en el Congreso en 2018. Diego en los ‘90 y durante el macrismo defendiendo a lxs jubiladxs. Diego arrastrado por una enfermera. Diego, me cortaron las piernas. Diego, la pelota no se mancha. Diego, los goles a Inglaterra. Diego y la Claudia. Diego, te lo juro por las nenas. Diego cuántos hijxs. Diego y Doña Tota. Diego levantando la Copa del Mundo. Maradó. Maradó. Diego, Cóppola, el jarrón, los programas de chimentos, la efedrina, el piquito con el Cani, ese superclásico ganado. La Noche del Diez. Diego contra Joao Havelange, Diego contra Blatter, Diego contra la FIFA entera, Diego una vez más respondiéndole a Macri. Apropiémonos de Maradona, de su relato polifónico. De todas sus versiones..Como escribía la socióloga e hincha de Gimnasia y Esgrima de La Plata Paula Provenzano el año pasado: “No podemos regalarle a Maradona al patriarcado, porque si históricamente nos expulsaron del fútbol, ahora que me vengan a decir que tengo que rechazar a Maradona es sentir que me están expulsando de esta fiesta y yo esta fiesta no me la quiero perder”.

Frente al griterío insoportable de quienes recordaron al Maradona genio de la pelota, Analía (revista “Bola” del colegio Pellegirini, FM LaTribu, revista Anfibia) se enfocó en otros derroteros: los siempre ignorados caminos político-sociales en las evocaciones de nuestros y nuestras deportistas.

En los medios de comunicación hegemonicos todavía se redactan y filman biografías en forma incompleta. Por ejemplo, cuando llegan al tema Diego, se omiten una serie de aspectos de su vida que pretenden ser censurados sólo porque tienen que ver con la política. Desde hace unas cuantas décadas Maradona resolvió, como tantos de su generación, entrar a jugar fuerte en el mundo político, y alinearse, aún con vaivenes, en la ancha franja del progresismo que se abraza con el peronismo.

 A casi nadie en el periodismo le interesa refrescar las múltiples facetas de la vida de un deportista, como tampoco les interesa recrear los contextos en los que transcurren los hechos deportivos (hazañas o fracasos). A los mitos, se los coloca como tales, sin entender – y mucho menos explicar- las complejidades de la historia.

Así, al hablar de Messi, pocos ubican al muchacho profundo que decidió apoyar la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo o los reclamos de los chicos y chicas de La garganta que dan batalla desde los barrios carenciados de la zona Sur de CABA por el derecho a una vivienda digna. 

Esta prensa de mala calidad que aún tenemos, necesita pedagogía y ejemplos. 

Tranquiliza saber que Analía garantiza la existencia de ese espíritu libre y sabio que pone las cosas en su lugar.