El predio Julio Grondona de la Asociación del Fútbol Argentino en Ezeiza, el salón Julio Grondona en la Liga Salteña de Fútbol, el estadio Grondona en Sarandí y unos cuantos espacios más de la vida deportiva argentina, debieran ser revisados en su nomenclatura.

Al menos, desde el 17 de noviembre pasado cuando una sentencia de la justicia federal de Brooklin en los Estados Unidos condenó a la pena (leve) de tres años de prisión condiconal al ex banquero Jorge Arzuaga por desviar fondos (evadir impuestos) a través de bancos en Buenos Aires y Zurich que correspondían a sobornos por los derechos de TV del fútbol sudamericano. 

“De 2010 a 2014 acordé ayudar a Burzaco y Torneos a trasmitir los pagos al entonces presidente de la Asociación del Fútbol Argentino”, dijo Arzuaga en su momento. El presidente, por si alguien lo olvidó era Julio Humberto Grondona fallecido en julio de 2014.

El fallo, silenciado por los medios hegemónicos de la Argentina y por la mayoría de los periodistas deportivos con pantalla en los canales deportivos, parecía hecho a la medida de la defensa del banquero que había solicitado 36 meses de libertad condicional sin sanción económica al facilitar un acuerdo entre el Departamento de Justicia de Estados Unidos y el banco suizo Julius Baer, ​​que al parecer devolvería 79,7 millones de dólares.

Arzuaga fue acusado de colaborar con Julio Grondona y Alejandro Burzaco, empresario argentino de Torneos y Competencias, a crear empresas fantasmas con cuentas en el banco suizo a donde llegaban los sobornos de las empresas de televisión que obtenían concesiones tanto de la Confederación Sudamericana de Fútbol CONMEBOL como de la AFA. 

Según las notas de Ken Bensinger el periodista estadounidense especializado en el Fifagate, Grondona  recibió 25 millones a través de este sistema de corrupción.

Red de sobornos, lavado de dinero, fraude electrónico y crimen organizado. Estos son los términos jurídicos que se manejan allá en las cortes del país del Norte.

Aquí, ni las páginas de AFA, ni las de la CONMEBOL, y mucho menos de la FIFA dieron cuenta de la noticia.

El “gran periodismo”, calladito. Protegiendo, aún muerto, al Gran Jefe.

En una melosa y escandalosa nota de Clarín Deportes de este lunes, se le concede una página a Alejandro Domínguez el dirigente paraguayo que preside  CONMEBOL y no hay una sola referencia ni pregunta alrededor del fallo y del escándalo gigantesco que envuelve al fútbol sudamericano y argentino.

Clarín, empresa socia de Grondona durante décadas, pregona limpieza en boca de sus “estrellas del periodismo”, pero nada dice de este desfalco que se verifica en los capitalistas tribunales estadounidenses. Por supuesto, gran parte de los partidos televisados dentro de esa red de coimas, se pasaban por las pantallas de los canales del grupo Clarín.

La comparsa dirigencial nacional, mira hacia otro lado. El lado donde están los carteles y plaquetas que recuerdan a ese hombre a quien algunos aún mencionan como “Don Julio”.

¿Don? ¿Don de qué?

Ya llegará la hora de desgrondonizar todo el país.