En estos tiempos del desprestigio creciente de un sector de la prensa, las especialidades por lejos son dos: anunciar noticias falsas y seducir al público con titulares, tapas o flashes gigantescos que después no contienen nada.

El famoso espíritu crítico que se enseña, en especial en las Universidades Nacionales, ha logrado reducir bastante los daños que semejantes acciones de un grupo de periodistas disemina por los medios hegemónicos.

Pero aún la maldad del engaño y el acoso de pícaros editores no ha cesado.

En la prensa deportiva, unos días atrás, el portal Infobae pescaba ingenuos lectores bajo el título: David Trezeguet reveló cuál sería el mejor destino europeo para Marcelo Gallardo”.

Algo de electrizante, en especial para los hinchas de River, había en esta forma de presentar la noticia. Caramba, ¿hay un club europeo que ya está interesado por el Muñeco? ¿Trezeguet, ex compañero de Gallardo, lo está recomendando para alguna Liga de las más caras del ambiente europeo?

Pues ni lo uno ni lo otro. Trezeguet sólo había dicho esto en una nota con radio Colonia, levantada por Infobae: “Marcelo tiene todas las características y la visión de juego para venir a Europa. Tiene un juego que en el fútbol europeo gusta mucho. Después, las oportunidades se dan o no se dan. Gallardo es una persona que jugó en Francia. Acá en Europa no predominan tanto los técnicos extranjeros. Y Francia tiene esa ideología del técnico francés. Pero creo que la mejor opción para Marcelo es ir a un lugar en el que tenga las mismas responsabilidades que en River”.

Ni una palabra de futuro, de clubes, de nada. El resto de la nota hojarasca, relleno, sanata. Y obviamente, sin firma.

Algo habitual en las desvencijadas redacciones donde se fabrican estas aventuras que no merecen llamarse periodismo. La escasez de ideas es brutal, la falta de conexión con las realidades profundas de los territorios populares se acrecienta. Decenas de periodistas no salen de sus finas y lujosas casas y pretenden enseñarnos el mundo desde la comodidad de su living. Y la realidad les da cachetazos día tras día. Por eso no entienden un pomo cuando Colón sale campeón, o cuando Pedro Castillo está a punto de convertirse en presidente de Perú, o cuando la selección femenina de basquetbol, pese a los casos de Covid, avanza en la Copa América que se juega en Puerto Rico. Para saber de todo esto, hay que esperar a los canales del estado, a DeporTV o a las hormiguitas trabajadoras del periodismo deportivo de base que se mueve y se mueve por dar información de los triunfos, las derrotas y las preparaciones de miles de deportistas en el suelo de la patria.

Lo extraordinario es que aún con ese berreta periodismo de elite, el pueblo deportivo, levanta cabeza.