Los ex protagonistas del deporte llenan las pantallas, unos cuantos espacios radiales y, mucho menos, las redacciones donde hay que sentarse a volcar ideas, sin volcar.

Hay quienes aborrecen la posibilidad de otorgar espacios a quienes fueron discretos o talentosos futbolistas o simplemente maestros/as en el arte del tenis de mesa. “Que vayan a estudiar periodismo”, susurran por lo bajo. Como si un título o una cursada otorgase la bondad del buen hablador, mejor escriba o simplemente una persona con tres dedos de ideas.

Superado en lo personal este debate sin sentido ya que somos partidarios de que todos y todas tienen derecho a expresarse y la TV no puede ser un espacio que le otorgue privilegios a los/las periodistas, el día a día confirma nuestra conclusión. Al modelo Ruggeri, (ojo Latorre con inclinarte tanto hacia ese costado derecho) se le opone el modelo Lanao.

Individualista a más no poder, antipolítico sin mayores fundamentos que su rabia mediática, exponente de una agresión nacionalista evidentemente falsa (el lunes expuso su teoría de golpear a Neymar como respuesta a los caños que intenta tirar el brasileño), el primer modelo no es otra cosa que la consecuencia de un periodismo deportivo contaminante que sólo se basa en la prepotencia del grito y el patriarcado. El programa ESPNF90 es conducido de esa manera.

La toma de conciencia que esta pandemia ya marcó en un sector de la humanidad, puede o no dejar transformaciones. También en el deporte. También en el periodismo. 

Volvemos a citar un ejemplo: José Luis Lanao, ex Vélez, Huracán, Salamanca, Logroño y por supuesto integrante  de la digna Selección Juvenil campeona del mundo 1979, parece una pluma nueva del periodismo deportivo argentino, pero es una cabeza pensante desde hace décadas. Su última columna en Página 12 es una demostración de inteligencia que contrasta con el estilo que repudiamos párrafos atrás. No se la pierda, se llama Biden, Batistuta y la pelotita neo-liberal. Una respuesta, desde el ancho mundo de los ex deportistas, a la desmedida falta de solidaridad de Batistuta, otro millonario que se niega a pagar un impuesto en momentos difíciles de la Argentina.

¿Acaso cambiarán miles de periodistas y deportistas sus formas de interactuar y sus comportamientos en los próximos meses? Apostamos a que nuevas generaciones  tomen y beban del modelo Lanao, del modelo solidario que se gesta en los clubes olvidados de todo el país, del modelo de periodismo que se ocupa más de los pobres que de los intereses egoístas de quienes tienen la panza y la casa llena. 

En el mundo entero asoman proyectos. Ojalá se concreten.