Treinta y nueve años atrás no lo hubiese imaginado. Cuando se recuperó la democracia, cuando se luchaba por destapar toda la porquería y el horror de la dictadura cívico-militar, el periodismo ocupaba un lugar de vanguardia.

Con sus excepciones obviamente la prensa de 1983/1984 se estrechaba con el pueblo en un solo grito: defensa de los Derechos Humanos, repudio a los genocidas. Muy lejos de esa nueva ola, centenares de estrellitas de la radio, la televisión y la prensa gráfica que habían coqueteado hasta la codicia con los generales de la muerte, guardaban silencio o tibiamente exponían sus “diferencias”. Varios y varias de ellas mantienen hoy en sus medios el monopolio de la voz.

Pero esta semana de la memoria que se nos fue, demostró otra cosa: el deporte de hoy, los deportistas de hoy valen mucho más para la democracia y el respeto a los derechos humanos que un periodismo que, en general, se reacomoda alrededor de los negacionistas, y estimula a los hombres y mujeres cercanos al videlismo de la sangre y la tortura.

Por eso, para este mes de la memoria, vale más aplaudir deportistas y dirigentes del deporte que periodistas.

Observemos: crecen los clubes que realizan sencillos actos para devolver a sus socios o hinchas desaparecidos, el carnet de asociados, con un agregado, los nombra socios eternos. Maravilla de término. El próximo miércoles 30 de marzo Argentinos Juniors, luego de una decisión unánime de toda su comisión directiva, aprobó un proyecto de la Subcomisión de Derechos Humanos y Acción Social para nombrar socios a los detenidos-desaparecidos y asesinados por la última dictadura cívico militar que fueron hinchas del club. Sigue así el ejemplo de Racing, Huracán, Banfield, Ferro.

El club Victoriano Arenas (Primera C) nombró este domingo a la histórica integrante de Madres de Plaza de Mayo, la Tota Guede, socia honoraria. Guede sufrió el 7 de octubre de 1976 la desaparición de su compañero, Dante, (hincha de Racing), y de su hijo mayor, Héctor (de Independiente). Así la comisión del club encabezada por Domingo Sganga junto a la municipalidad de Avellaneda y representantes de clubes que integran la Mesa de enlace de la denominada "Capital Nacional del Fútbol" (Racing, Independiente, Arsenal, Dock Sud y El Porvenir) inician un camino atípico en la AFA que alguna vez dirigió el indigno Julio Grondona.

La Selección nacional, con Messi a la cabeza, a horas del choque con Venezuela, se saca una fotografía con una bandera que señala Memoria, Verdad y Justicia.  Sea así o de otra manera, es un compromiso con la promoción de los derechos humanos que nunca vimos en unas cuantas figuritas de los sets de TV.

Decenas de hinchas de Boca con sus camisetas y paraguas auriazules llegan a la Plaza de mayo el martes 24 de marzo, gritando por sus socios desaparecidos bajo la consigna Boca es pueblo y memoria. Reparten volantes en los que aseguran que “la actual Comisión Directiva de la que formamos parte se ha tomado la decisión de no volver a mirar al costado en materia de Derechos Humanos”.

En forma paralela, los medios comerciales de la Argentina, en su mayoría, despreciaron el día de la memoria, se mofaron de las masivas movilizaciones en todo el país y se creyeron graciosos burlándose de los miles y miles de jóvenes que llenaron las calles y plazas bajo las firmes consignas de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Todo muy parecido al triste rol de la prensa entre 1976 y 1983.

El dichoso y sabio refranero del idioma español tiene para estas y estos cabezas de termo (gracias Maradona por esta frase) una de sus sentencias:  Ovejas bobas, por do’ va una, van todas.