El discurso deportivo odiador es muy parecido al discurso político odiador. Odian a los pobres, molestan las minorías, molestan los discapacitados, odian a los extranjeros de piel oscura, odian a los negros, odian el lenguaje inclusivo.

En la última semana, a propósito del partido Central Córdoba -Boca en el estadio Único-Madre de Ciudades, otra vez algunos desatados opinadores se quejaban de la construcción de un estadio “en una provincia pobre”. Les molesta que el deporte de una provincia tenga un estadio del mal llamado primer mundo. Sí, de ese triste y oscuro primer mundo que fabrica armas, deja que los vándalos asesinen a sus niñas/os en las escuelas, o reparte misiles y muerte en la Europa desangrada de hoy.

Pasa en el deporte y pasa en la vida. 

Y unos cuantos hinchas tienen que aprenderlo también. Esa franja de fanáticos de Estudiantes de La Plata que se burló de Rodrigo Rey, arquero de Gimnasia y su tartamudez, necesitan un paquete de educación. Ojalá llegue desde la dirigencia del club Pincha que, al menos, después del bullying,  acompañó al ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, y a dirigentes de Gimnasia y se acercaron a un encuentro con jóvenes con disfluencia y al jugador del Lobo para hablar de la necesidad de "construir una sociedad mejor con solidaridad y empatía".

“Meterse con una dificultad que tengo desde chico no va. Que puteen y eso… bueno, pero hay cosas que vienen desde la maldad. Buscan hacer daño. Ni conmigo ni con nadie, porque el fútbol es otra cosa” dijo Rodrigo Rey cuando terminó el clásico.

Hay mucho para hacer y cada día la meta se corre un poco más en materia de igualdades, respeto, solidaridad, pensar en el otro, y sobre todo, pensar en quien menos tiene.

La regla que pretenden imponer los odiadores, es una regla escrita con dinero. Por ejemplo, insistirle día a día a un sector de la sociedad que hay que ponerse en contra de los piqueteros. Mientras tanto, los dueños de la TV les impidieron el último lunes a decenas de miles de peruanas y peruanos humildes que viven en nuestro país seguir el decisivo partido Australia-Perú en Qatar ya que había que pagar el abono a TNT o ser suscriptor con Direct TV. Es parte de esa repulsa que pretenden imponer a nuestra sangre latinoamericana. Si no pagás, jodete.

Entonces se fastidian con los subsidios, las jubilaciones, fútbol para todos, el dinero que va al deporte y el entretenimiento, o la construcción de un estadio… en Santiago del Estero.

Para ellos, los estadios lujosos son para la zona Norte.

Y nosotros rogando que algún día la tortilla se vuelva.