El desprestigio de buena parte de la prensa deportiva no se debe tanto a la mala huella que dejó la generación de los Muñoz, Macaya, Niembro, Araujo (la lista es de unos mil más o menos), sino a la bamboleante posición que exhiben unos cuantos opinadores cuando de cuestiones de fondo se trata. Elogian entrenadores cuando asumen, los desflecan a los cuatro partidos. Levantan estrellas en dos minutos, y luego las entierran. Muchos talentosos creadores de frases precisas, como Diego, hablaban de esa prensa como la prensa panqueque.

Ahora le llegó el turno al VAR. 

“El VAR vino a interferir, y no a aclarar”, se lamentaba la semana pasada Diego Latorre, un comentarista de ESPN que se alejó de las reflexiones técnicas superadoras de sus primeros años en la nueva profesión dejándose llevar por la rosca quejosa y lacrimógena de la mayoría de los pseudo analistas.

¿Sabrá Latorre cómo funciona la herramienta del VAR? ¿Sabrá que en la inmensa mayoría de decisiones que se revisan con el VAR, el resultado es más justicia?

Tal vez sea que Latorre y unos cuantos más, prefieren en el mundo las injusticias que suelen beneficiar a los más poderosos.

Sería bueno que los plañideros periodistas de hoy, recurriesen a estadísticas, comprobaciones o estudios serios sobre la eficacia del VAR.

Miremos por ejemplo este balance en España, publicado por Juan Morenilla de El País, cuando se cumplía un año del uso de esta tecnología: “ Según el Comité Técnico de Árbitros (CTA), el curso pasado hubo 69 errores en la señalización de un penalti, de los que el VAR corrigió 44 y se mantuvo el fallo humano en 25. Es decir, que el VAR permitió pasar de un acierto del 91,5% en estas acciones a un 96,9%. “En todas las ligas con la tecnología suben los penaltis, es lógico. En el Mundial se pasó de 15 en la edición anterior a 29 en Rusia”, explica Carlos Velasco Carballo, que este jueves cumple un año en la presidencia del Comité”.

El primer balance en nuestra Liga (junio de 2022) indicaba lo siguiente: se supervisaron 98 partidos, con 1194 revisiones confirmadas, de las cuales, en una segunda revisión, se advirtió que 1190 fueron correctas y apenas cuatro incorrectas.

No hay una sola Asociación, Liga, federación que haya informado una estadística desfavorable para el VAR en ningún rincón del mundo.

Déjense de joder entonces con el VAR. Y si algunos están preocupados por el negocio que hay detrás de esas máquinas, pues sean coherentes y repudien diaria o semanalmente el negocio que hay detrás de las camisetas, los botines, la publicidad en los estadios, la FIFA, la pelota, las propagandas en la vestimenta y decenas de tráfico de millones más.

Sería bueno entonces que el periodismo en general tomase lecciones de justicia e injusticia para comprender de qué se trata esto de proclamar, en todos los ámbitos de la vida, el fin de las desigualdades.