A siete días del Mundial, en un país que se jacta de amar el deporte porque tiene dos Copas del Mundo y centenares de campeonatos y torneos ganados en nuestro planeta, la prensa deportiva argentina ignoró el acontecimiento más grande del año: en San Juan, los tres equipos nacionales de hockey sobre patines se llevaron la medalla de oro mundial. Campeones en juveniles, campeonas femeninas y campeones en varones.
Por primera vez la Argentina lograba la triple corona, los partidos resultaron espectaculares (si pueden vean la final del domingo de varones, quienes dieron vuelta un resultado de 0-2 ante Portugal), el estadio sanjuanino Aldo Cantoni explotaba con 8.000 personas y los malditos medios porteños llenaban sus horas deportivas con tonterías del tipo “los lamentos del español Sergio Ramos por no ser convocado a la selección española” o “por qué Dua Lipa no quiso cantar en la inauguración del Mundial Qatar”.
El desprecio de la mayoría de los y las periodistas deportivos a los otros deportes que no son fútbol es de tal magnitud en nuestro país que se parece mucho a la ignorancia mundial de quienes se autodenominan periodistas políticos y desconocen los miles de acontecimientos que se desarrollan en la territorialidad de cada país. Son los mismos que luego se sorprenden por los resultados electorales, o sindicales o simplemente por la aparición de sujetos políticos que ellos no pueden divisar desde su lujosas torres de marfil (un ejemplo: los piqueteros).
Volvamos al hockey. Las transmisiones las realizó la TV Pública y algún medio privado como Cadena 3 Mendoza y cadena 3 San Juan. Algún informe se pudo leer en Telam, pero la mayoría de los canales autodenominados deportivos, ocupaban la mayor parte de su tiempo con el habitual bla bla de insignificancias que reciben desde pequeños los aspirantes de la prensa deportiva.
La ley 26.522, conocida popularmente como Ley de Medios, y que sin dudas ha sido una de las mejores obras legislativas en la historia del país, da importancia a las transmisiones de acontecimientos deportivos y da pie al ejecutivo para que disponga sus transmisiones gratuitas. Pero aquí andamos en otra, tanto el presidente como la oposición permiten que tengamos una de las peores épocas del periodismo, especialmente en el ámbito privado.
Leer un medio, ver un canal o escuchar la radio en la Argentina, o nutrirse de información por las redes sociales, no es otra cosa que abarrotarse de las mismas cosas de las que se hablan en los últimos cuarenta años de democracia. La agenda es rutinaria, aburrida, y de acuerdo al periodista que observemos o al medio que sigamos se adivina lo que se viene.
La excepción la marcan quienes desde los medios alternativos o desde alguna rendija abierta en los medios tradicionales comerciales, se ocupa de pensar o crear.
Y en materia de hockey sobre patines, todas las excepciones estaban y están en San Juan.
Aquí, seguimos siendo jodidos.