Una de las mayores deudas del periodismo deportivo la tiene con la memoria. Ya hemos hablado aquí de las responsabilidades de unos cuantos relatores, comentaristas y editores con la última dictadura cívico militar.

Pero pasan los años y en este 2023 de los cuarenta años de la democracia, cuando pensábamos apreciar unas cuantas notas, entrevistas e investigaciones referidas al papel de protagonistas del deporte en el terrorismo de estado, poco y nada ocurre.

Alberto Candioti fue un dirigente de Colón de Santa Fe– vicepresidente y tesorero – que soñaba con ser  presidente del club y que durante un tiempo largo ocupó el cargo de asesor del fallecido titular de la AFA, Julio Grondona.

El martes 9 de mayo de 2023, Candioti compareció ante el Tribunal Oral Federal de La Plata acusado nuevamente de crímenes durante la dictadura.

Miembro del Batallón de Inteligencia 601 del Ejèrcito, formó parte del aparato de terror que hoy es juzgado por los homicidios, desapariciones forzadas de personas y tormentos que se cometieron en los centros clandestinos Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, El Infierno de Avellaneda y la Brigada de San Justo.

¿Alguna mención en los medios? Ninguna ¿Algún comentario sobre el caso en los canales deportivos? Ninguno.

Este silencio o ignorancia es producto de la pésima formación que asfixia a una prensa concentrada en la superabundante estupidez de privilegiar los eventos intrascendentes, y nunca dedicarle una línea a las historias importantes.

Hace pocos días unos cuantos medios hegemónicos dedicaron tiempo y páginas a la denuncia que el dueño de la empresa World Eleven (Tofoni) hizo contra el actual presidente de la AFA (Chiqui Tapia) por una hipotética maniobra defraudatoria en la organización de los partidos de la Selección Nacional ante Panamá y Curazao.

Lo que no contaron es que este empresario “fetiche” del fútbol argentino, surgió de los beneficios que la AFA le dio a  World Eleven  firmados en la nefasta gestión del Grondona, el hombre que zafó de ser detenido en el escàndalo del FIFAgate por su fallecimiento.

Tofoni fue –en los tiempos del Grondona asesorado por Candioti- “agente exclusivo” para la organización y comercialización de “partidos a disputar por la Selección contra otras selecciones y/o equipos en todo el mundo”.

Sobreseído por la Justicia argentina Tofoni zafó de una denuncia por supuesta defraudación por administración fraudulenta cuando se investigaba también a Claudio Tapia por haberle cedido la exclusividad comercial de la Selección a su querida World Eleven, durante 20 años. El juez Ariel Lijo dijo “no hay delito”.

Pero ahora Tofoni contraataca y demanda. Y la noticia sale en todos lados.

Pero la noticia del represor juzgado, no.

¿Por qué será no?