Por Pablo Llonto. De pronto, los sesudos medios de comunicación que denunciaban (correctamente) las conexiones políticas de unas cuantas barras bravas, perdieron su interés por el asunto.

El jueves pasado, mientras concurría a la sede del Concejo Deliberante, el intendente de Lanús por el PRO, Néstor Grindetti, fue respaldado en las calles por un sector de la barra de Lanús que encabeza el conocido "Fanfi" Goncebate. La idea de Goncebate era desalentar a quienes concurrirían a pedir explicaciones a Grindetti por su aparición en los Panamá Papers.

Esta vez los grandes medios deportivos ocultaron el grave episodio.

Goncebate fue denunciado por Página 12 hace cuatro años en una nota titulada “Las malas compañías del ministro de Macri”. Página publicó entonces seis fotos de ambos en la campaña de 2011.

Ya en diciembre pasado cuando juraba Grindetti como intendente, el sitio La Política Online, un medio ubicado en las antípodas de Página 12, denunció que el acto fue opacado “por un choque de barras del Club Atlético Lanús, que se cruzaron a cuchillazos con un saldo de cuatro heridos graves, al punto de que uno de ellos podría perder el ojo. El choque de barras es un nuevo capítulo de la feroz interna que cruzan a los clanes de la hinchada de Lanús. Se dio afuera del Concejo Deliberante entre la facción comandada por El Polaquito, que responde al concejal Gabriel Ruiz, y otra al mando de Diego “Fanfi” Goncebate, vinculada a Grindetti…Hoy fue el comienzo de una nueva etapa para nuestra ciudad, que algunos intentaron opacar con su violencia incomprensible. Estos hecho no tienen ninguna relación con el Intendente electo Nestor Grindetti y cuento con el compromiso de Grindetti para aclarar este terrible suceso que no se volverá a repetir en el Lanús que comenzamos a construir", dijo el concejal Ruiz quien además es jefe del sindicato de Panaderos.

La evidente modorra protectora de los investigadores de barras deportivas de TN, radio Mitre y Olé debería despertar pronto y esperemos los flamantes informes y videos que corroboren estas oscuras relaciones.

Lo mismo ocurre con Angelici, el presidente de Boca y ladero de Mauricio Macri, a quien nunca rozan los desmanes y disparos de la barra de Boca. Más de doscientos socios-hinchas de Boca detenidos, y nadie le pregunta nada a Angelici.

Las amenazas de estas horas que sobrevuelan la cabeza de los hinchas de Cerro Porteño que llegarán el jueves a la Bombonera obligan a una definición del periodismo: o hacen algo los dirigentes o estaremos ante la crónica de una masacre anunciada.

La dirigencia de la AFA, y eso incluye a Angelici, debe resolver el problema más grave del fútbol argentino que está a un tris de naturalizarse: episodios de violencia todos los días y barrabravas cada vez más cerca de la cima dirigencial. Hace pocas horas el mandamás de la barra de Independiente, Bebote Alvarez, celebró su despedida en “Cocodrilo” y concurrieron figuras históricas del Rojo. El silencio sobre semejantes hechos, abruma.

O una extraña demencia nos ha ganado a los periodistas, o ya esto es el fin de todo.