Por Pablo Llonto. El relator de radio Continental dice que “cualquiera puede ganar un campeonato en la Argentina” y enseguida se arma el debate en el equipo de trabajo. El relator intenta sus explicaciones. Pero la embarra más: “ y soy muy respetuoso de Lanús”. Es decir, aquello que pretendía decir es que si Lanús sale campeón, nuestro campeonato es cualquier cosa.
La malformación profesional que nos abruma desde pequeños (pequeños periodistas deportivos) dispuso, mucho tiempo atrás, que hay “cinco equipos grandes”, “la mayoría de las informaciones sobre fútbol las encabezan River y Boca” y además del etcétera, ahora debemos agregar el antidemocrático planteo de la “Liga Profesional”.
Encabezados por Daniel Angelici, unos cuantos dirigentes de clubes que reclaman supremacía, advirtieron la semana pasada al resto que estaba tomada la decisión de avanzar con el plan de crear La Liga. Entre chorizos y tiras de asado en el predio de la AFA en Ezeiza, la elite se puso a explicar las bondades del nuevo sistema, los beneficios de “ser menos” y algunos asuntos menores como por ejemplo advertir que ellos siempre saben más que el resto.
Una y otra acción (la del relator y la de los dirigentes) apuntan a lo mismo y se pone a tono con aquello que se pretende, en general, hoy con la Argentina. El desprecio a los sectores más humildes, el beneficio a los expoliadores.
Lanús hizo mucho mérito dentro de una cancha, como los hace Godoy Cruz para jugar de una vez por todas una final. Y ojalá cultivásemos el buenpensar democrático de dar mayor espacio no sólo a los clubes mayoritarios (los mal llamados “chicos” y los de las provincias) sino también al resto de los deportes, eternos olvidados de la prensa deportiva que, al pasar de las décadas, cultiva el mal hábito de atender bien a los privilegiados.
Muy bien le hará al fútbol y a la democracia que Lanús y Godoy Cruz disputen la final. Hay méritos propios ( basta verlos jugar) y unas cuantas razones políticas para que esta cofradía del dinero que Angelici y D’Onofrio pretenden encabezar se salga con la suya.
Algo parecido anda ocurriendo con los medios de comunicación. Lentamente, los trabajadores periodistas comprenden que el camino es alejarse de los medios hegemónicos, apostar a las cooperativas y reducir el enorme poder de fuego de los grupos concentrados, especialistas en negar la palabra a quienes menos bienes tienen. Por eso saludamos la presencia de Tiempo Argentino Cooperativa y los relatos deportivos del equipo de radio América, que decidió tomar en sus manos las transmisiones, por fuero de sus dueños, los empresarios que los abandonaron.
Son ellos, los de abajo, nuestro Lanús.
